¡Hace calor! Cómo saber si has tomado mucho el sol o te está dando una insolación
Nica Cero
21/08/201611:04 h."Hay una clara diferencia entre estar tomando el sol en condiciones físicas normales y saber si se está sufriendo una insolación y la respuesta nos la da nuestro cuerpo", explica el doctor César Carballo, coordinador del Servicio de Urgencias del Hospital La Paz, de Madrid. "Nos da avisos y se queja si no es capaz de mantener su temperatura a 37 grados a través de la sed, mareos o dolor de cabeza. Solo tenemos que saber responder a lo que nos pide en ese mismo momento", añade.
Atento a los síntomas
Se considera insolación cuando el cuerpo supera los 40,5ºC de temperatura y el sistema nervioso comienza a sufrir complicaciones, que pueden deparar en afecciones muy graves e incluso la muerte. Si sientes calambres musculares en las piernas o el abdomen (los primeros síntomas) y la piel caliente y roja, acude a un médico inmediatamente.
"Los mareos y desmayos, junto a fatiga extrema, náuseas, vómitos o taquicardias son claros indicadores de que el agotamiento por calor ha progresado en una insolación", explica el doctor Carballo. "Pero el punto más peligroso se encuentra en las convulsiones, que se presentan de manera abrupta y es un claro indicio de que el sistema nervioso está sufriendo algún tipo de lesión".
En ambientes muy húmedos y sobre todo en ancianos y niños (los más propensos), la falta de sudoración es otra evidencia clara. "En estas circunstancias es muy probable que se produzca atrofia de las glándulas sudoríparas que no permita al cuerpo contrarrestar el calor ambiental", según describe el doctor.
Factores que ayudan a provocar la insolación
¡Cuidado! El consumo de alcohol o cafeína antes o después de una exposición al calor o a humedad alta favorece la insolación. También ciertas medicinas, como los betabloqueadores, algunos medicamentos para tratar enfermedades mentales, diuréticos, anfetaminas o laxantes. Nadie mejor que tu médico para que te informe sobre si su medicación puede aumentar este riesgo.
Primeros auxilios
Si nos encontramos en la tesitura de asistir a una persona que puede estar sufriendo una insolación, toma nota, aquí te explicamos lo primero que debes hacer:
1. Comienza por acostar al enfermo en un lugar fresco, con sombra y con los pies más elevados, abanicándole para estimular la transpiración.
2. Pide a alguien o llama inmediatamente después a un equipo médico. Mientras llega la ayuda, podemos aplicarle compresas frías o agua fresca en zonas como el cuello, la ingle y las axilas. Importante: no apliques alcohol antiséptico sobre la piel.
3. Si la persona está consciente, conviene que tome en pequeños sorbos agua o preparados isotónicos. Importante: no les des nunca medicamentos ni líquidos que contengan alcohol o cafeína, ya que será más difícil para el cuerpo controlar la temperatura interna.
4. Para combatir los calambres musculares, masajea suave y firmemente los músculos afectados, hasta que se relajen.
La hidratación, tu salvavidas básico
Después de estar expuestos al sol o realizar alguna actividad al aire libre, aunque no tengamos síntomas de insolación, "siempre debemos hidratarnos", aconseja César Carballo, quien también recomienda "no volver al ambiente bajo el sol y altas temperaturas si hemos notado las primeras molestias y, por supuesto, llevar a cabo todas las medidas de protección en la piel".
Tampoco conviene realizar ejercicio físico al sol (especialmente en las horas centrales del día), pero, de ser así, volvemos al primer punto: "la hidratación es fundamental", recalca el doctor. De hecho, "en esta época, la mayoría de urgencias e ingresos por lesiones debidas a las altas temperaturas son pacientes deshidratados y sobre todo, ancianos, cuya situación, que ya es frágil, se agrava en estos casos", comenta.
Más vale prevenir
Las insolaciones y las enfermedades relacionadas con el calor pueden prevenirse siendo más precavidos. Planear la jornada con antelación puede salvarnos la vida en estos casos: no está de más, por ejemplo, consultar las previsiones meteorológicas de temperatura para ese día o si existe algún aviso especial.
Utilizar ropas sueltas, ligeras y de colores claros nos permitirá sentirnos más frescos y con menos sensación de agobio. Y siempre protegiéndonos la cabeza del sol con una gorra o sombrero. Además, es aconsejable descansar con frecuencia, preferiblemente a la sombra y en lugares frescos y que, a ser posible, estén en penumbra.