Uno de los escenarios que más se repiten en verano en España son los incendios. Si obviamos que muchos de ellos empiezan por acción humana, ya sea un accidente o intencionadamente, el fenómeno natural que más fuegos inicia son los rayos. Hay una modalidad en particular que puede tardar en detectarse entre uno y dos días porque se ‘esconde’ a simple vista. Son los rayos latentes, que encienden las llamas dentro de los árboles.
“Se denomina así al rayo que cae sobre un árbol sin hacer que prenda inmediatamente (generalmente, en condiciones de mucha humedad)”, explica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Se transmite por su interior hasta llegar a las raíces, donde la falta de oxígeno provoca que la combustión sea muy lenta. Finalmente, el fuego del interior del árbol puede salir al exterior y originar un incendio de manera muy rápida, sobre todo si las condiciones meteorológicas han cambiado, y hay poca humedad.
Un ejemplo fue el rayo que impactó en un roble cerca de Alsasua, en Navarra, que los guardas de medio ambiente compartieron en Twitter. Se acordonó la zona para evitar riesgos y, finalmente, el árbol terminó cayendo.
Los rayos latentes se pueden detectar mediante cámaras térmicas de infrarrojos. Son las mismas que se utilizan para monitorear el posible sobrecalentamiento de cabes de electricidad durante el verano, con el objetivo de evitar que puedan empezar incendios.