Seguro que has visto un montón de titulares alertando sobre la ola de calor que llega este miércoles. Lo más seguro es que te preguntes: ¿es realmente para tanto? Es cierto que quizá en algunas ocasiones la información meteorológica peca de alarmista, pero en este caso en concreto estamos siendo bastante realistas: el próximo episodio de altas temperaturas va a ser histórico. ¿Por qué? Aquí algunas claves
Existen numerosos estudios que indican que la mortalidad de un episodio de altas temperaturas no solo depende de lo intenso o lo duradero que sea, sino también de cuándo se produzca. En este caso, hay evidencias de sobra para demostrar que las olas de calor más tempranas son las que registran un mayor índice de mortalidad. Entre las causas que pueden estar detrás de este pico de mortalidad se encuentra la falta de aclimatación de nuestro organismo al verano, que tarda unas semanas en acostumbrarse.
Para que un episodio se considere ola de calor bastan al menos tres días de calor sofocante prolongado, pero en el caso que nos ocupa la duración será de al menos seis días. Es decir, el doble de lo mínimo requerido. Si además le sumamos que esas temperaturas seguirán subiendo conforme avance la semana, la conclusión es clara: va a hacer mucho calor durante muchos días seguidos, e irá a más.
Tradicionalmente en España se ha considerado una ola de calor a un episodio de altas temperaturas que tiene lugar entre los meses de julio y agosto. Sin embargo, el adelanto del verano debido al cambio climático, unido a que en este caso la ola se prolongará también durante los primeros días de julio, ha obligado a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) a meterla dentro del mismo saco. Parece que no será el único caso: según algunos estudios, las olas de calor cada vez aparecerán antes en nuestro país.
La ola de calor no solo pasará por España, sino que continuará su ascenso hasta latitudes casi polares. Se dice que en países como Francia o Alemania se alcanzarán máximas de hasta 40ºC, y de 35ºC en países noruegos como Suecia. De hecho, un vistazo a la prensa internacional da cuenta del impacto que está teniendo este evento en los países vecinos. No es para menos: una de las peores olas de calor en Europa, la de 2003, las temperaturas extremas del aire provocaron 70.000 muertes adicionales en toda Europa, según un estudio publicado en Comptes Rendus Biologies. En España, el Centro Nacional de Epidemiología atribuyó 6.400 fallecimientos al calor.
Durante los próximos días se batirán récords de temperatura, no solo a nivel de mes de junio (la temperatura más alta registrada en este mes en algún punto concreto) sino también en términos absolutos. De momento no hemos tenido ninguno, pero todos los ojos están puestos en Madrid, Salamanca, Vitoria, Zaragoza, Teruel o Logroño.
Las noches tropicales son un fenómeno creciente en nuestro país debido al cambio climático, especialmente en las ciudades. Se dice que tenemos noches tropicales cuando las mínimas no bajan de 20ºC en las horas más frías del día. Ahora, con la ola de calor, los modelos apuntan a que en algunos puntos esas noches podrían situarse en torno a los 25ºC de mínima, es decir, que pasarían a ser noches ecuatoriales.
7. Porque viene con polvo del Sáhara
Las predicciones marcan que junto a la masa de aire cálida del Sáhara llegará polvo en suspensión, un fenómeno conocido como calima. Desde el martes hasta al menos el jueves veremos cómo los cielos se enturbiarán en la miad este y en Baleares, aunque también llegará la arena al resto de la península casi en su totalidad. La calima es mala para nuestros campos y para nuestra salud, porque roba la humedad al suelo donde se deposita, y porque degrada mucho la calidad del aire. Puede provocar picor de ojos y garganta, conjuntivitis y, en casos de exposición prolongada, bronquitis crónica.