Por qué no viene en realidad una ola de calor aunque todo el mundo lo diga
En realidad, lo que tendremos es un episodio de altas temperaturas
Alcanzaremos máximas de más de 35ºC, pero no es ola de calor
Los meteorólogos claman al cielo –una vez más– por los titulares que se han publicado en los últimos días respecto al episodio veraniego que está a punto de comenzar, y que algunos ya han bautizado como la primera ola de calor del año. Su enfado es normal, porque aunque suene tentador llamarlo así, en realidad no es cierto.
A grandes rasgos y sin volvernos muy locos ni muy concretos, una ola de calor es un episodio de altas temperaturas, con valores muy por encima de lo normal en prácticamente todo el país y durante al menos días seguidos.
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Además, según la definición oficial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la ola de calor no puede darse fuera de los meses de julio y agosto, por lo que ya, por este requisito, nuestro episodio estaría descartado. Sin embargo, este punto no satisface a todo el mundo, pues si se diera un episodio con el resto de características –temperaturas muchísimo más altas de lo normal en prácticamente todo el país durante más de tres días seguidos–, para algunos expertos ya deberíamos estar hablando de ola de calor. Como ejemplo, hace apenas unas semanas, algunos medios británticos hablaban de 'ola de calor' para un episodio de altas temperaturas que se dio en las islas británicas a finales de febrero.
Los otros puntos clave
El otro punto importante es la intensidad del fenómeno. Vale que los mapas de anomalía de máximas impresionan, pero no llega a ser suficiente como para que se pueda considerar 'ola de calor'. Normalmente, cuando hay una, los mapas de anomalía de temperatura máxima están rojos oscuros en todo el país, y en este caso las temperaturas son más altas de lo normal, pero no tanto. De hecho, cuando hay ola de calor se suelen activar los avisos en numerosas regiones por temperaturas máximas. Actualmente no hay ni uno.
*Imagen: mapa de avisos activados por calor durante la ola de 2017 / Aemet
En tercer lugar, las regiones a las que afecta. En este caso, si queremos hablar de una ola de calor en España tendríamos que ver que afecte a un número considerable de estaciones repartidas por toda la región. En esta ocasión sería en cualquier caso en el cuadrante suroeste peninsular, donde las anomalías más altas se van a concentrar por más tiempo. En el noreste, por ejemplo, podríamos tener incluso valores por debajo de lo normal en algunos de los días.
*Imagen: anomalía de máximas prevista para el lunes, 13 de mayo / @crballesteros
También hay que calcular la duración del episodio. La definición oficial estima que al menos tiene que haber tres días seguidos de calor. Si analizamos los mapas, el episodio propiamente dicho durará 5, con lo cual este es el único requisito que se cumple.
Finalmente, normalmente se determina que un episodio es ola de calor si un organismo meteorológico autorizado así lo ha confirmado. Nosotros tenemos a la Aemet, quien en caso de que así se determine, emite un comunicado oficial con los detalles del episodio. En este caso no ha sido así.
Por todo lo anteriormente mencionado podemos afirmar con toda la rotundidad del mundo que esto no va a ser una ola de calor, ni parecido. Es preferible llamarlo episodio de altas temperaturas o veraniego. Ya habrá tiempo para las olas de verano, que de verdad que llegarán, y con el cambio climático, más: se estima que en los próximos 30 años las olas de calor pueden suponer el 30% de los días de verano.