Ya hace semanas que en las calles se amontonan hojas caídas de los árboles. Este final del verano está siendo atípico con una gota fría inédita desde hace más de 150 años y con el adelanto inesperado del otoño, que se inaugura oficialmente el 23 de septiembre. Pero, ¿por qué las hojuelas cambian de color? Hay una explicación científica a este fenómeno arbóreo, signo inconfundible del cambio de estación.
El final del verano parece muy lejano, debido en gran medida que las copiosas lluvias de la Dana que han invadido casi toda la Península y la consabida bajada de temperaturas. Pese a que en los próximos días se espera el conocido como ‘Veranillo de San Miguel’, los árboles de hoja caduca llevan ya días anunciando la llegada del cambio estacional. Los tonos verdes empiezan a tornarse amarillos, rojizos, naranjas y ocres y todo tiene un por qué, en este caso relacionado con la disminución de horas de luz solar, la temperatura y la fotosíntesis.
Fotosíntesis
La función clorofílica es la conversión de materia inorgánica en orgánica gracias a la energía solar. La vida en la Tierra se mantiene gracias a este proceso que realizan tanto plantas en el medio acuático como arbustos y árboles en el medio terrestre. Anualmente, los organismos fotosintetizadotes generan en torno a 100.000 millones de toneladas de carbono. En este proceso son claves unos pigmentos, llamados clorofilas, cuya misión es absorber la luz y que aportan ese color verde intenso a las plantas, tallos y hojas.
Escasez de clorofila
Según los científicos, en la fotosíntesis hay varios factores externos que inciden de manera directa en su proceso como la temperatura, la concentración de dióxido de carbono y de oxígeno, la intensidad lumínica y el abastecimiento de agua. Cuando algunos de estos elementos o varios escasean y su ausencia se prolonga en el tiempo como en el caso del trueque otoñal (menos horas de sol y bajada del termómetro), la producción de clorofila mengua desapareciendo paulatinamente el color verde y dando paso a los pigmentos primarios (beta-carotenos) que siempre están presentes en la planta y que le dan esa tonalidad amarilla anaranjada.
Color bermellón, autoprotección
Hay distintas teorías para explicar la tonalidad roja que adquieren algunos árboles. Según un estudio publicado en Scientific American, Scientific American,esta coloración se produciría porque ante esa disminución de luz solar y de calor las venas de las hojas se cierran cerrando poco a poco y en su interior quedan atrapados los azúcares. Al reaccionar con otras sustancias químicas, los pigmentos se tornan bermellones. Sin embargo, Emily M. Habinck, investigadora de la Universidad de Carolina del Norte, atribuye esta coloración al suelo donde se ciernen las raíces el árbol. Aquellas tierras con baja concentración de nitrógeno suelen producir más pigmentos rojos, (antocianina) para protegerse de la luz ultravioleta y permitir la recogida de más nutrientes.
Caída de la hoja
Asimismo, según los expertos los árboles de hoja caduca se deshacen de las hojas para pasar el invierno, reabsorben parte de los nutrientes y reducen el suministro de savia que va hacia las hojas. Por ese motivo, dejan de recibir alimento y terminan cayendo para iniciarese proceso de reposo y retención de energía que caracteriza a los caducifolios.