Durante la tarde del sábado descendió considerablemente el nivel del mar en el puerto de Conil. Mientras que perfiles de Protección Civil se hacían eco del fenómeno y lo achacaban al afelio (efecto frenada del planeta), los meteorólogos defendía que no, que nada tenía que ver con la posición de la tierra con respecto al sol con las mareas y que, más bien, parecía tratarse de una ‘rissaga’ o meteotsunami (un fenómeno típico del Mediterráneo en verano), o de un ‘seiche’ o seca. En 'El Tiempo Hoy' te explicamos qué ha podido pasar.
Como ya te explicamos hace unos días cuando avisamos de un nuevo riesgo de meteotsunami en el Mediterráneo, los meteotsunamis o 'rissaggas' son fenómenos veraniegos típicos de esa zona. Consisten en fuertes variaciones del nivel del mar cuyos efectos son como los de un tsumani (pueden provocar inundaciones en puertos y calles de pueblos costeros), pero su origen no es geográfico, es atmosférico.
Para que se produzca un 'meteotsunami' tiene que haber un encontronazo entre las altas y bajas presiones. Las primeras son las que hacen que el aire empuje el agua hacia abajo, mientras que las segundas hacen lo contrario, es decir, ayudan a que suba el nivel del mar. A veces pasa que se encuentran estos dos escenarios en una zona muy reducida, lo que hace que se formen unas oscilaciones que pueden dar lugar a estas mareas tan repentinas y destructivas.
Las 'rissagas' se suelen concentrar en Baleares (sobre todo en Menorca) y por eso es curioso que haya podido tener lugar en otros lugares de España.
Pero parece que el caso de Conil todavía trae cola y que no es exactamente un meteotsunami, sino un fenómeno parecido llamado ‘seiche’ o ‘seca’. Según ha explicado el profesor de Ciencias de la Tierra de la UCA, Javier Benavente, en el ‘Diario de Cádiz’, el seiche también está causado por variaciones atmosféricas: “Las EME mostraban que las capas altas de la atmósfera iban a mucha velocidad, treinta o cuarenta nudos. Por otro lado, la calima del norte de África hacía que la velocidad en las zonas más bajas fuera de quince nudos o así. Ahora mismo, la atmósfera está muy estratificada: con una bolsa de aire frío arriba y temperaturas elevadas abajo. Esto genera capas muy hechas que, al entrar en contacto, provocan vórtices, torbellinos, y eso se transmite a la atmósfera como una onda de bajas y altas presiones”, ha explicado en el diario gaditano.
En este sentido, este experto y el Geógrafo-Climatólogo especializado en riesgos naturales y cambio climático, Jonathan Gómez Cantero, coinciden que lo sucedido en Conil no tiene nada que ver con el afelio de la Tierra y con el planeta hubiese orbitado más lento y hubiese frenado de forma brusca, el bulo que se propagó rápidamente en redes sociales, sino con los otros fenómenos que te hemos explicado.