Clima y tiempo no son lo mismo: si el planeta se calienta, ¿por qué hay olas de frío tan severas?
Una cosa es el tiempo a nivel local y otra el estudio del clima global
La última década (2011-2020) fue la más cálida registrada en la Tierra
Las nevadas y olas de frío pueden ser más extremas a medida que aumenta la temperatura global
En un planeta que se calienta, algunas personas se han sorprendido por la gran cantidad de nieve que ha caído estos días y la ola de frío que le ha seguido. ¿Por qué vivimos actualmente un episodio tan extremo? Para empezar, hay que distinguir entre clima global y tiempo local.
La década de 2011 a 2020 ha sido la más cálido en la Tierra, y la temperatura media del último año fue alrededor de 1,2ºC más alta que la preindustral, acercándose peligrosamente al umbral del calentamiento global de 1,5ºC establecido por las Naciones Unidas.
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Entonces, ¿cómo es que hace tantísimo frío? Incluso el presidente Donald Trump se hizo esta pregunta públicamente hace dos años durante una crítica ola de frío en Estados Unidos. Lógicamente, esto no gustó a la comunidad científica.
Diferenciar entre clima y tiempo
No es lo mismo el clima global, en conjunto, que el tiempo que hace de manera local, en un momento especifico. El tiempo atmosférico se refiere al tiempo en un lugar dado en un corto periodo de tiempo, sin embargo el clima abarca épocas más prolongadas. La climatología se ocupa del estudio de los fenómenos meteorológicos y sus variaciones a lo largo del tiempo.
Una ola de frío no desmiente el cambio climático
“Aunque estamos en un mundo cada vez más cálido, y de hecho 2020 fue uno de los dos años más cálidos en nuestro país, esto no es óbice para que se puedan producir episodios fríos, y menos óbice todavía para que haya temporales de nevadas intensas, tal y como nos han hecho ver la borrasca Filomena en 2021 o la borrasca Gloria en 2020”, aclaraba recientemente Rubén Del Campo, meteorólogo y portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en El Tiempo Hoy.
“Es posible, incluso, que las nevadas sean más extremas, puesto que la atmósfera, más cálida en su conjunto, es capaz de generar precipitaciones más intensas. El cambio climático no acaba con las nevadas, aunque la tendencia pueda ser a que nieve menos, ni las olas de frío, aunque estas sean menos frecuentes”, continuaba.
Los niveles crecientes de gases de efecto invernadero como el carbono y el metano que, según un pronóstico reciente del Met Office británico, serán este 2021 un 50% más altos que antes de la revolución industrial, siguen disparando la temperatura media del planeta. Generalmente, las olas de frío en latitudes bajas como la nuestra tienen su origen en un calentamiento del Ártico.
Las temperaturas cálidas en el Ártico hacen que la corriente en chorro cambie drásticamente, y eso hace que el aire frío llegue más al sur. Es lo que conocemos por Oscilación del Ártico (AO, por sus siglas en inglés), y tiene dos fases: “A veces, la presión del aire es más alta en el sur, por lo que el aire más cálido empuja hacia el norte y mantiene la aire frío del Ártico en el Ártico. A esto se le llama la ‘fase positiva’ de la AO. Otras veces, la presión del aire es más alta en el Ártico, por lo que el aire frío se mueve hacia el sur. A esto se le llama la "fase negativa". La AO es un poco más complicada, pero básicamente así es como funciona”, lo explica la NASA.
Actualmente, el índice de Oscilación del Ártico se encuentra en fase negativa.