La Península Ibérica tendrá un clima cada vez más tórrido, con un 150 % más de olas de calor
Un nuevo estudio analiza la frecuencia e intensidad de las olas de calor en la Península Ibérica
En general, se calcula que aumentarán un 104 % para 2050
En los Pirineos y la costa mediterránea serán hasta un 150 % más frecuentes
Cada verano tenemos las olas de calor casi garantizadas. Los termómetros se disparan de manera generalizada, los incendios abrasan nuestros campos, la sequía aprieta… Es un fenómeno que conocemos muy bien los españoles y que se está normalizando con el cambio climático, algo que acaba de confirmar un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). “La Península Ibérica tendrá un clima cada vez más tórrido”, titulan.
La costa mediterránea y Pirineos, los más castigados
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Estudio en el que participan científicos de la USC acaba de ser publicado en la revista internacional ‘Atmospheric Research’. Los análisis establecen que, para 2050 (dentro de apenas 30 años), la intensidad de las olas de calor en España y Portugal aumentará un 104 %, siendo hasta un 150 % más frecuentes en la costa mediterránea y los Pirineos.
Las proyecciones se hacen “para el futuro cercano (2021–2050) en relación con un clima pasado de referencia (1971–2000)”, enuncia el estudio. “La mayor extensión espacial de las olas de calor sugiere fuertemente una mayor exposición humana, una mayor demanda de energía e implicaciones para el riesgo de incendio. Se prevé que esta tendencia espacial continúe en un futuro próximo con aumentos en la extensión espacial máxima de la ola de calor que van del 6% al 8% por década”, continúa.
La investigación ha aplicado por primera vez el Factor de Exceso de Calor (EHF), un parámetro desarrollado por científicos australianos y que incorpora directamente el aspecto de intensidad y el proceso de aclimatación del cuerpo humano. El índice EHF es muy útil para detectar condiciones de olas de calor, por lo que es una herramienta para contribuir a la toma de decisiones que minimiza los impactos negativos de las olas de calor en la salud pública u otros sectores susceptibles como la agricultura, la silvicultura o la energía, explica un comunicado de la USC.
Olas de calor más cortas, pero más intensas
Las proyecciones señalan que las áreas que muestran una mayor intensidad no coinciden con las áreas donde los eventos de olas de calor tienen una duración más prolongada, especifican desde la USC. En las regiones montañosas y occidentales peninsulares se caracterizan por un EHF más alto, pero de menor duración que las de la zona sureste peninsular y, en general, en la costa mediterránea.
La razón principal es el rápido transporte de masas de aire suave desde el Océano Atlántico hacia el oeste de la Península Ibérica, concluyen.