Los últimos días han sido más fríos en Oriente Medio que en España. Jerusalén, Idlib, Estambul o el desierto de Arabia Saudí se han cubierto de blanco tras la nevada que se ha producido entre el miércoles y el jueves. Las imágenes de los camellos desconcertados en la nieve están dando la vuelta al mundo.
Ha caído una buena en Amman (Jordania) o en el pueblo sirio de Arnaba, donde ya empezaban a asomar las flores de la primavera. Hacía mucho que no nevaba en zonas del Líbano, como en Marjayoun, que se encuentra en el sur del país.
Una tormenta ha azotado el este de la cuenca del Mediterráneo acompañada por una masa de aire muy frío. El tráfico y la vacunación contra la covid-19 se han interrumpido en muchas regiones, y el fuerte viento ha provocado cortes de electricidad.
En las montañas de la provincia siria de Sweida, la nieve alcanzaba los 15 centímetros, según la agencia oficial de noticias estatal SANA. En Israel la policía cerraba el miércoles la carretera principal entre Tel Aviv y Jerusalén para evitar accidentes, y en Estambul se han reportado decenas de caídas de árboles.
A pesar del caos, eso sí, muchos han podido disfrutar de la belleza y la diversión de la nieve en medio de la crisis sanitaria y en algunas zonas humanitaria que se está viviendo. El frío todavía persistirá unos días al sur del Mar Negro, en cambio tenderá a ir remitiendo en los próximos días en el resto del territorio.