Una parte del Sáhara sobrevuela estos días los cielos al otro lado del charco. Desde hace unos días, en Canarias el ambiente está más sombrío de lo que acostumbra por la nube de polvo que llega desde el desierto africano, arrastrado por los potentes vientos que ahora lo trasladan a través del Atlántico hasta desembarcar en las islas del Caribe, el oeste de México y, poco a poco, algunos estados del sur de EEUU como Florida y Texas.
A principios de junio de 2021, fuertes vientos soplaron en Malí y Mauritania y llevaron pequeños trozos del Sahara sobre Senegal, Gambia y Cabo Verde. Un satélite de la NASA-NOAA adquirió esta imagen en color natural el 4 de junio de 2021, el primer día de la tormenta.
"La corriente en chorro del este de África exporta el polvo de África hacia la región atlántica", dice el investigador Bing Pu en un comunicado de la NASA. "Entonces el alto subtropical del Atlántico Norte, que es un sistema de alta presión asentado sobre el Atlántico Norte subtropical, puede transportarlo aún más hacia la región del Caribe. El jet de bajo nivel del Caribe, junto con el subtropical alto, pueden transportar más el polvo desde la región del Caribe hacia los Estados Unidos", continúa.
La NASA monitorea el viaje del polvo midiendo la humedad del aire, ya que esta nube del Sáhara es mucho más seca que el viento tropical de estas regiones.
El pronóstico muestra una llegada de la masa de polvo al sur de Florida en el inicio de la semana que viene, así como las islas del Caribe como Cuba y las Bahamas. Un centro de altas presiones actuará como una barrera de esta nube de polvo, lo cual evitará que se extienda a los estados del centro y norte de EEUU. Sí alcanzará, en cambio, los estados del sur y parte de México.
Puesto que se trata de un aire muy seco, los expertos temen que pueda contribuir a empeorar los críticos incendios de Arizona (bautizados Telegraph Fire y Mescal Fire), que han quemado ya más de 440 kilómetros cuadrados y han obligado a evacuar numerosos vecindarios.
Desde la NASA recalcan que, aunque estas incursiones de polvo sahariano son menos habituales en las Américas, en comparación con zonas del sur de Europa, las partículas de arena que llegan puntualmente tienen una función en las aguas y el suelo del continente americano.
Los millones de toneladas de polvo que se levantan del noroeste de África cada año son un recordatorio visual de cómo los sistemas de la Tierra están interconectados. El polvo que sale del Sáhara fertiliza las aguas superficiales del Atlántico y los suelos de las Américas.
Influye en el desarrollo de huracanes y otros sistemas meteorológicos. Las partículas en el aire reflejan y bloquean la luz solar, lo que afecta el balance de radiación del planeta. En dosis elevadas cerca del suelo, las columnas de polvo pueden afectar la calidad del aire, dañar la respiración y reducir la visibilidad.
El año pasado ya vimos algo parecido por estas fechas, como recuerda en un estudio reciente el investigador Bing Pu: “Entre el 14 y el 28 de junio de 2020 se produjo una columna de polvo africana transatlántica sin precedentes, que degradó en gran medida la calidad del aire en grandes áreas de la cuenca del Caribe y las concentraciones diarias de PM 2.5 en los EEUU excedieron incluso los 50 μg/m3 en varios estados del Golfo de México”.
Los cielos en zonas del Caribe quedaron así: