¿Qué tipos de nieve existen y cuál es la idónea para un día perfecto de montaña?
Marcos Fernández
08/01/201817:04 h.Nieve Polvo:
La nieve que más nos gusta a todos y la que más nos llama la atención es la nieve polvo. Casi todos la conocemos porque es esa nevada recién caída donde se nos hunde el cuerpo al pisarla. Es una nieve fina, como de polvo de azúcar, sobre la que nos cuesta caminar. Sin embargo, la nieve polvo es la preferida por los esquiadores, porque permite deslizarse por ella sin riesgo de resbalar sobre una placa de hielo o sobre una calva debida a la escasez de nieve.
La nieve polvo siempre la vamos a encontrar tras una intensa nevada. Es la más reciente y, además, impide que en una caída un esquiador o un snowborder sufran lesiones fuertes. Por otro lado, y muy importante, nos permite siempre controlar la velocidad y el trazado mientras descendemos la pista y eso nos aporta seguridad, confianza y, por tanto, nos permite disfrutar mucho más de nuestro deporte favorito. También es ideal para los amantes de los muñecos y las batallas de bolas de nieve porque nos permite moldearla a nuestro antojo, salvo si la nieve que ha caído es muy húmeda y se nos deshace en las manos.
Nieve polvo dura:
Sin embargo, la nieve polvo (con un espesor muy alto) no es la mejor para practicar el esquí de fondo. Este es un deporte duro, a pesar de su apariencia de esquí de paseo y la técnica es una parte fundamental para hacerte con las riendas. Por eso, la nieve de calidad polvo-dura es la más adecuada porque permite trazar un sendero con los esquís para abrirnos camino.
Si, por el contrario, lo que nos encontramos es nieve polvo el esfuerzo físico será mayor y si la nieve es de calidad dura se incrementa el riesgo de una caída o de una pérdida de control de los esquís. Hay que tener especial cuidado en las bajadas con una pendiente pronunciada si la nieve es dura porque eso implica que está helada. Si no somos expertos, la caída puede ser monumental, sobre todo, porque en el esquí de fondo en función de las pistas podemos alcanzar una velocidad respetable.
Para los paseos con raqueta o una simple vuelta por la montaña, la nieve polvo dura también es la más aconsejable. Es la que más nos va a hacer disfrutar. Es también la más común y se forma después de una nevada. Tenemos una base de nieve helada y sobre ella pisamos nieve polvo de diferentes espesores, según haya sido de intensa esa nevada. Si practicamos esquí o snowboard estaremos acostumbrados a ella, porque es la más habitual cada mañana tras la preparación de las estaciones de esquí por parte de los trabajadores de pista y sus máquinas pisanieves.
Nieve dura (fuente Nevasport):
Eso sí, si eres un experto y te van las emociones fuertes (salvo que desciendas fuera de pista por una pendiente cubierta de nieve polvo) lo tuyo son las pistas rojas o negras con nieve dura. Por desgracia, sucede habitualmente en algunas de nuestras estaciones de esquí. Después de una intensa nevada nos acompañan días de cielos despejados con temperaturas relativamente altas de día frente a unas nocturnas bajísimas. Esto impide que la nieve se mantiene en calidad polvo o polvo-dura (salvo si se inniva). Es importante insistir que este tipo de nieve es solo apta para los más profesionales.
También en días de temperaturas altas o cuando la nieve está muy pisada en días de alta frecuencia, por ejemplo, en fines de semana y vacaciones, podemos encontrarnos con la nieve húmeda. Se la llama así porque contiene un alto porcentaje de nieve que pasa a estado líquido. Es importante prestar atención si practicamos esquí o snowboard porque puede frenarnos en seco a mitad de un descenso. En consecuencia, podemos perder un esquí, la tabla de snow y lesionarnos. No es la más adecuada para los deportes blancos, pero también es habitual cuando las temperaturas son altas en la estación y la afluencia de público es alta.
La nieve húmeda tampoco es la más idónea para hacer una batalla de bolas de nieve, descender en trineo (porque lo frena) o pasear porque nos vamos a calar con casi toda seguridad.
Nieve primavera:
Y, tenemos un último tipo de nieve: la nieve primavera. Como su propio nombre indica aparece en las últimas semanas de temporada o bien si la temperatura se dispara. Esto, por desgracia, también ha ocurrido bastante en los últimos años. Como la nieve húmeda, contiene un porcentaje alto de agua e impide que podamos girar y descender con soltura. El riesgo de accidente es más alto que con los otros tipos de nieve. Es, por tanto, con la que menos vamos a disfrutar en un día de montaña.
Por suerte para todos, en esta inminente apertura de temporada, la nieve polvo o polvo-dura va a darnos la bienvenida en las principales estaciones de esquí, así que solo nos queda decir: ¡A disfrutarlo!