El joven estudiante de ESO Jorge Rey, también conocido como el niño meteorólogo, es a sus 15 años todo un fenómeno mediático. Fue uno de los primeros en vaticinar la llegada de la borrasca Filomena el pasado mes de enero y acierta en casi todas sus predicciones. Muchos se preguntan cuál es el secreto de su infalibilidad de sus previsiones, realizadas además con mucha antelación. En realidad, lo que hace Jorge es lo mismo que han hecho agricultores y ganaderos durante miles de años para prever las mejores condiciones para sus cosechas. Una sabiduría tradicional que desgraciadamente está cayendo en el olvido.
En una entrevista concedida a 'Por fin no es lunes', Jorge Rey explicaba que la técnica que utiliza la denomina 'método de Las Cabañuelas y consiste en la observación de la naturaleza a largo plazo. Así, desde el mes de agosto del año anterior, observa todo, desde el vuelo de los pájaros hasta la humedad de las piedras, pasando por cómo son las nubes. Lo apunta todo durante los primeros 24 días de agosto y ese es el tiempo que hará el año siguiente, "incluso, dentro de dos".
Así, el tiempo que hace el día 1 de agosto correspondería a un pronóstico general del próximo año. Después, el método asigna cada día a otro mes del año siguiente. De modo que el 2 de agosto se corresponde con el mes de enero; el 3, a febrero; y así hasta el día 13, que pronostica el tiempo que hará en diciembre. Luego, se aplican las llamadas retornas, cuya correspondencia es la inversa. Es decir, al día 14 le corresponde diciembre; al 15, noviembre, etc. y se hace un balance con los datos obtenidos de las dos observaciones. A todo esto, hay que tener en cuenta el comportamiento de la flora y la fauna, entre otras variables.
"Es una técnica que está más en el olvido, pero antiguamente se utilizaba más para agricultores y ganaderos. Fue un método creado por la gente del campo que observaba todo el día la naturaleza", asegura Jorge, que reconoce que todo cuanto sabe se lo ha enseñado Rafael Sedano, el pastor de Monasterio de Rodilla, el pueblo burgalés en el que vive. "También me ha enseñado cosas de la sabiduría popular y cosas que me llevaron al 'método de Las Cabañuelas'", añade.
El joven estudiante asegura que su nivel de acierto ronda el 90%, aunque hay años que "un 98%": "Puede variar si das días muy concretos, pero de normal, Las Cabañuelas van por semanas. Si yo digo 31 de enero, como está justo pegado con febrero, puede ser que pase una cosa u otra, pero lo normal es decir "la última semana, la primera, tercera" y el porcentaje de acierto es alto. Es importante seguir desarrollando el método, ver dónde te equivocas y mejorarlo".
Rey ya ha vaticinado cómo será el tiempo el próximo invierno. A su juicio, se podría repetir el fenómeno de La Niña que ya sucedió el año pasado y que implica una fluctuación de la temperatura en el océano Pacífico y cambios en las capas de circulación atmosférica. El fenómeno de La Niña conlleva un descenso global de las temperaturas y provoca que los vientos alisios (los que soplan en el Pacífico) tengan una mayor fuerza.
El meteorólogo sospecha que los inviernos más duros están relacionados con la llegada de La Niña, aunque precisa que hay que seguir la evolución durante un tiempo. Aunque no se ha atrevido a hablar de una nueva Filomena, ya aventura nevadas importantes a comienzos de 2022: "Nadie puede saberlo, porque no es predecible con tanta antelación".