El entorno del Delta del Ebro es tremendamente húmedo. Los embalses de la cuenca del río se encuentran actualmente al 76,56% de su capacidad, y a pesar de que no ha sido de las regiones más favorecidas del país durante el 2019 –en parte por la intensa ola de calor de junio que puso a este área a 44ºC durante varios días–, sus arrozales y huertas se mantenían hasta ahora en buen estado. Sin embargo, el temporal que golpeó con toda su fuerza en Cataluña el martes ha sumergido al menos tres municipios donde seguramente se declarará la zona catastrófica, y ha puesto en jaque la cosecha.
Las imágenes del antes y el después han sido captadas por los satélites de Copernicus, el programa dirigido por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Unión Europea. En ellas se aprecia el cambio radical de aspecto de la zona, que en la actualidad es en su mayoría azul por la incursión del agua.
El temporal de levante que se ha vivido en Tarragona, donde se encuentra la desembocadura del Ebro, ha dejado acumulaciones de agua que en tan sólo 24 horas han superado los 150 litros/m(2), según datos de SAIH Ebro (Información de la Cuenca Hidrográfica del Ebro), especialmente en el entorno de su delta.
Pero no todo puede achacarse a las precipitaciones. El viento ha soplado con mucha fuerza favorecido por la baja en altura que quedó descolgada en el sur peninsular, lo cual ha dado lugar a un temporal marítimo de riesgo en todas las regiones del Mediterráneo, en las costa del este peninsular y en Baleares.
En redes hemos visto cómo las olas engullían en puerto marítimo de L’Ampolla y las calles de Deltebre anegadas, con el agua prácticamente colándose por la puerta de los residentes. La tercera localidad más afectada que seguramente se declarará zona catastrófica es Sant Jaume d’Enveja.