Media España se ha cubierto de blanco los últimos días de noviembre. La borrasca Arwen ha obligado a circular con cadenas en varias carreteras y la imagen ha cambiado radicalmente en las estaciones de esquí de Pirineos, que inauguran ya la temporada tras la fuerte nevada del fin de semana. Las lluvias y el ascenso de las temperaturas ponen ahora en alerta a una decena de comunidades por posibles inundaciones.
Las cadenas vuelven a ser hoy imprescindibles en la A21 y la A23, en el entorno de Pirineos. En zonas de Navarra, se ha alcanzado el medio metro de nieve en cotas bajas, algo extraordinario para el mes de noviembre.
La cota de nieve se mantiene todavía entre los 500 y 1.000 metros en su parte occidental este lunes, y será algo más alta en el resto de la cordillera. En el resto de zonas de montaña de la mitad norte, se situará a lo largo del día entre los 1.400 y 1.800 metros; en el sureste estará entre 900 y 1.200 subiendo a 1.200/1.600 metros; y en Baleares oscilará entre los 700 y 1.000 metros, subiendo a 1.400/1.800, tendiendo en general a remitir la nieve.
Esta situación pone en aviso naranja (riesgo importante) a las provincias de Huesca y Lleida, mientras que en aviso amarillo (riesgo) estarán Teruel, Zaragoza y Girona.
En la Cordillera Cantábrica hoy la nieve deja paso a la lluvia. Hasta 40 litros por metro cuadrado se esperan en algunos puntos. Por eso, allí miran al río. Preocupa que, ante el aumento de caudal, se produzcan inundaciones como las sufridas en varios puntos de Cantabria como Los Corrales de Buelna, Ampuero, Vioño, Carandía y Villaescusa por el desbordamiento del río Asón, o las sufridas en Basauri y Valmasedae, en Vizcaya, por los desbordamientos de los ríos Nervión y el Cadagua.
Por ello, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha activado el aviso amarillo por deshielo en Burgos, León, Palencia y Navarra, y en Huesca habrá riesgo de aludes a causa del importante ascenso de las temperaturas este lunes en toda España.