El huracán Ida devastó Luisiana y Misisipi el pasado fin de semana para después debilitarse en su camino hacia el noreste de Estados Unidos, pero los restos de la tormenta no están siendo menos violentos. La ciudad de Nueva York ha declarado el estado de emergencia por las inundaciones sufridas en las últimas horas, y Nueva Orleans ha quedado totalmente sumida en la penumbra por los cortes de electricidad. El turno ahora es para Nueva Inglaterra, donde el ciclón amenaza con nuevas lluvias y tornados.
“En la mañana del 1 de septiembre de 2021, se informó que más de 985.000 clientes se quedaron sin energía en Luisiana según los datos compilados por Power Outage US”, recoge la NASA, y otros 33.000 clientes estaban sin electricidad en Misisipi. En Nueva Orleans basta con ver las imágenes del antes y el durante del ciclón Ida para hacerse una idea.
Nueva Inglaterra comprende los estados de Maine, Vermont, Nuevo Hampshire, Massachusetts, Connecticut y Rhode Island, que se encuentran en el noreste de EEUU, al norte de Nueva York.
La tormenta se dirige este jueves hacia estos estados cargada de humedad y de fuertes rachas de viento, con una presión central que se mantiene en torno a los 998 milibares. En partes de Rhode Island y sureste de Massachusetts, el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) advierte del riesgo de tornados, por lo que se está aconsejando a la población que se refugie en sus sótanos o en el nivel más bajo de edificios resistentes.
En cuanto a las lluvias, las zonas en mayor riesgo son aquellas más al sur de Nueva Inglaterra. Entre Nueva York y Massachusetts podrán caer más de 200 litros por metro cuadrado. El principal peligro, advierten las autoridades, son las crecidas repentinas de ríos, que podrán desbordarse e inundar algunas zonas, como ha estado ocurriendo estos días.
Los informes preliminares sugieren que Ida es el quinto huracán más fuerte (según la velocidad del viento) que ha tocado tierra en los Estados Unidos continentales. La tormenta desembarcó en Luisiana con categoría 4 la pasada semana, debilitándose después a categoría 1 en su camino hacia el noreste. Su rápida profundización en el Golfo de México y su ‘aguante’ tras tocar tierra han sorprendido a los expertos.