La galerna de Santander, las rissagas de Menorca, los bufones asturianos...
La galerna de Santander, las rissagas de Menorca, los bufones asturianos, la panza de burra de las Islas Canarias, las lluvias de sangre madrileñas o la tormenta perfecta de los Pirineos. La meteorología en España es mucho más que sol en verano y frío en invierno. Te contamos algunos fenómenos muy particulares que conocen bien (y a veces sufren) los habitantes de las distintas zonas.La Galerna del Cantábrico
Es un fenómeno que ocurre en la costa cantábrica y que puede darse en cualquier momento del año. Es tan espectacular como peligroso y es un buen ejemplo de que el tiempo en toda esta zona es muy cambiante. Consiste en una rolada de vientos que cambia la situación meteorológica de forma súbita, en ocasiones, con consecuencias trágicas. Un buen ejemplo de ellos es el incendio que devastó Santander hacer 75 años. Con la galerna se produce un choque de masas: cálida (vientos del suroeste) y fría (vientos del noroeste) pasando de una situación con temperaturas agradables a un contexto de lluvias, que pueden ir acompañadas de tormentas espectaculares y rachas de viento huracanadas (por encima de los 100 kmh).Las Rissagas
Es más peculiar que el anterior ya que, aunque puede producirse en otros puntos de la costa mediterránea, es un fenómeno recurrente en Baleares, en concreto en Menorca. Consiste en una bajada repentina del nivel del mar, que deja al descubierto todo el lecho marino y las embarcaciones amarradas. El problema viene después, cuando la subida del nivel del mar se produce de forma repentina y también muy rápida. Puede ocasionar daños en los barcos y provocar inundaciones en zonas próximas. De hecho, una de las más graves tuvo lugar hace no muchos años, el 15 de julio de 2006.Alisios en Canarias
Los isleños y los amantes de las islas afortunadas saben muy bien cómo influye este régimen de vientos en el clima del archipiélago. Estos vientos, favorecidos por la posición del anticiclón de las Azores, soplan de componente noreste de una forma sostenida aportando una constante humedad a las islas. Esta humedad se transforma en nubes que, en las islas más montañosas, forman mares de nubes espectaculares. Desde las cumbres del Teide o Izaña, en Tenerife, pueden contemplarse auténticas estampas de postal.Panza de Burra
Tan amada como odiada, si visitas Las Palmas de Gran Canaria es probable que seas testigo de esa panza de burra, llamada así por el estado del cielo, gris plomizo que, en ningún caso, impedirá que pases un buen día de playa. Las montañas actúan como una gran barrera, permitiendo que en el sur brille el sol mientras que en el norte el tiempo es totalmente diferente.Viento de Levante
Si eres gaditano o has veraneado en las costas gaditanas es probable que hayas sufrido los perdigonazos de la arena disparada por ráfagas de viento que pueden superar los 100 km/h. Esos días ir a la playa es heroico y aconsejable dejar la toalla y otros enseres playeros en casa. Al encontrarse la ciudad ubicada en el embudo natural que forma el Estrecho de Gibraltar, los vientos que nacen en el Mediterráneo central se aceleran para superar este escollo. Cuando sopla con fuerza acumula nubes de formas espectaculares que esconden el Peñón de Gibraltar. Sin el levante, Cádiz no sería una de las mecas del surf y su costa atlántica no tendría un clima tan benigno.Tramontana
La literatura se ha hecho mucho eco de este viento, cuyo significado en latín, quiere decir ‘más allá de las montañas’, ya que cruza el Macizo Central de Francia y los Pirineos para atravesar el nordeste catalán y las Islas Baleares. Existe, y se habla mucho, de la leyenda negra de la locura, los suicidios y los problemas de salud generado por un viento constante que si bien no es el más intenso (no suele superar los 100 km/h) siempre es fiel a su cita despejando los cielos del Ampordá.Las tormentas perfectas de los Pirineos
El pirineo es una de las zonas donde más llueve en verano si lo comparamos con el resto del país. Estas lluvias no se deben al paso de frentes o borrascas sino a la formación de tormentas muy intensas que descargan enormes cantidades de agua desbordando ríos, riachuelos y barrancos. Se forman en apenas minutos y crean muchos rayos. La orografía del Pirineo oscense es ideal para albergarlas. De hecho, el choque de masas frías y cálidas en verano hace que se desaten auténticas tempestades.Asturias tiene bufones
Cuando Asturias presume de paraíso natural lo hace con un 100% de motivos. Entre todas las maravillas que se pueden descubrir aquí, los bufones de Llanes son espectaculares. La pleamar y la marejada disparan el agua del mar entre las grietas de las rocas hasta alcanzar una altura de 20 metros. Es necesario prestar atención al estado de la mar, porque en días con fuerte marejada, este espectáculo puede resultar peligroso.Las Cencelladas
Con estas temperaturas de canícula, alguno echará de menos los amaneceres con cencellada en ciudades como Valladolid. Es lo que se conoce como la cencellada. Es propio de diciembre o enero, cuando las temperaturas son muy bajas y nos acompaña el anticiclón de las Azores favoreciendo días de estabilidad. Esta situación se traduce en nieblas muy densas y persistentes, que tardan días en levantar. Aportan tantísima humedad y la temperatura es tan baja que esas minúsculas gotas se congelan al contacto con toda superficie. El paisaje puede parecer nevado, pero realmente es hielo.Las Lluvias de Sangre
Pueden ocurrir en cualquier momento del año, pero son más propias de los meses de verano, cuando los vientos del sur impulsan grandes masas de aire cálido procedentes del Sáhara y acompañadas de la arena del desierto. Los cielos se cubren de un color plomizo y, en caso de tormenta, lo que cae sobre nosotros es una mezcla de agua y de polvo del desierto con un tono marrón y rojizo que se asemeja a la sangre. Aunque puede caer en cualquier punto, en el sur y en Levante están habituados a este fenómeno.