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Cuando empieza el frío lo natural es abrigarse más, empezar a usar prendas como gorros, medias o jerséis que pueden provocar electricidad estática al contacto con el pelo y la piel, es decir, desequilibrar temporalmente las cargas positivas y negativas y hacer que salten chispas en tu cuerpo, que se te pegue la ropa o se te erice el cabello.
Todos los cuerpos, personas y objetos, están formados por átomos que, a su vez, están formados por protones (positivos), electrones (negativos) y neutrones (neutros). El cuerpo humano es eléctricamente neutro, es decir, tiene el mismo número de unos y otros, pero estas cargas se pueden descompensar y ese desequilibrio es lo que se denomina electricidad estática. La descompensación se puede producir por diferentes factores y uno de ellos es la fricción de dos cuerpos (gorro y cabello), que puede cargarlos positiva o negativamente.
La actividad cotidiana hace que el cuerpo, sin darnos cuenta, gane y pierda electrones a lo largo del día y sólo cuando se acumula un exceso de energía necesita desprenderse de ella para restablecer el equilibrio, es en ese momento cuando se produce el calambrazo.
Pero si el ambiente está húmedo se reducen las posibilidades de acumular carga en el cuerpo, porque el agua es un excelente conductor de la electricidad que evita que se produzca el desequilibrio. Pero cuando entran en escena las calefacciones se reseca el ambiente y si la humedad relativa está por debajo del 50%, las cargas electrostáticas aumentan considerablemente.
Aunque la creencia general es que hay personas que se cargan especialmente de electricidad estática, no es una afirmación cierta. La realidad es que todos los humanos son conductores de electricidad, es la indumentaria aislante la que acumula electricidad que posteriormente transmite al cuerpo provocando situaciones como notar un calambre al tocar a otra persona o al abrir una puerta o una ventana, sentir un chispazo al quitarse la ropa o que ésta se pegue al cuerpo, e incluso que se erice el cabello al quitarse un gorro de lana.
El propio cabello es un material aislante, pero existen otros que puedes llevar en la ropa como la lana, las fibras sintéticas como el poliéster o el nailon y, en el calzado, las suelas de goma.
Pero no todo es la ropa que llevas puesta, existen factores que provocan que te cargues de electricidad estática, como caminar por una moqueta o trabajar con material plástico. Pero hay otro elemento importante y es la calefacción que reseca el ambiente, porque sin humedad en el aire es complicado deshacerse de tanta carga.
Existen maneras de evitar la electricidad estática, por ejemplo, utilizando humidificadores de ambiente para evitar la sequedad del aire, usando prendas de algodón o lino, aunque sea una práctica poco recomendable para el invierno, evitar el contacto con suelos enmoquetados y el calzado con suela de goma que, por cierto, es el más aislante del frío y la humedad.
Pero evitar la carga no siempre es posible, por eso es importante conocer soluciones prácticas para quitarte la electricidad estática del pelo y la ropa.
Al lavar la ropa, recuerda utilizar suavizante, que reduce la fricción entre las fibras y seca las prendas al aire. Si utilizas secadora, emplea toallitas específicas que evitan la electricidad estática. Si no las tienes a mano, usa una bola de papel de aluminio o una pelota de lana enganchada con un imperdible.
Antes de ponerte la ropa es aconsejable humectar la piel con crema hidratante y pasar un objeto metálico por la prenda, de este modo la descargas antes de que entre en contacto con tu cuerpo. Si al vestirte notas que la ropa se te pega, existen varios recursos que pueden dar buen resultado: si llevas medias sintéticas, sustitúyelas por unas de algodón o de seda; aplica en la ropa un espray antiestático o, en su defecto, un poco de laca; colocar un imperdible en el interior de la prenda ayuda a descargar la prenda e incluso sostener un objeto metálico (de níquel, plata, latón o cobre) anulan la carga estática.
En cuanto al cabello, también es importante actuar desde el lavado y, además de un champú sin sulfatos, utilizar suavizante y hacer el último enjuague con agua fría. Es aconsejable evitar frotar el cabello y sustituir las toallas tradicionales por las de microfibra que absorben mejor la humedad y lo secan en menos tiempo y con menos fricción. Si vas a invertir en un secador, que sea iónico, porque neutraliza la carga estática.
Igual que en la piel es importante la crema hidratante, es fundamental mantener el cabello nutrido e hidratado con mascarillas y serums. Para peinarte, usa cepillos de cerdas naturales. Si notas que se te eriza el cabello con asiduidad, guarda en el bolso un truco infalible para un momento de apuro: unos papelitos anti-frizz, aunque te puedes apañar con un botecito de laca, te la aplicas en las manos y al pasarlas por el cabello verás cómo desaparece el frizz.
Un truco curioso para quienes usan gorros o sombreros es cambiar la raya del pelo antes de colocarte el sombrero. Una vez que te lo quites, vuelve a colocarla en el lado habitual y verás como no se levanta el cabello.