Se ve claramente, por ejemplo, en los mapas de anomalía de temperatura máxima, como el de a continuación. Los tonos rojos indican más calor de lo normal, mientras que los azules indican más frío del que debería.
La razón de que el calor no llegue al interior es la formación de brumas y nieblas matinales, que pueden ser persistentes a lo largo de las jornadas. Eso impide que el sol caliente la superficie y que se produzca un aumento de las temperaturas. Las regiones más afectadas se encuadrarán en el interior peninsular, "persistentes en las depresiones de los ríos y en ambas Mesetas, y probablemente acompañadas de cencellada en la Meseta norte al final del periodo", indica la Aemet.
El círculo del calor se circunscribe por tanto a las regiones costeras y del interior en las que no haya ríos ni mesetas. Las anomalías más fuertes las veremos en el entorno pirenaico, las provincias del norte peninsular (especialmente Asturias, Cantabria, País Vasco), Granada, Jaén y Jaén. También algunas provincias del interior 'se saltan' la regla del donut, como Segovia y Soria.
En general, hablaremos de máximas en torno a los 17-19ºC en el norte, este y sur peninsular, y rondando los 10ºC las comunidades de Madrid, Castilla y León y parte de Castilla-La Mancha. En cuanto a las mínimas, la situación anticiclónica promoverá la formación de heladas, por lo que durante la noche los valores experimentarán también descensos. Sí, por el día subirán y por la noche bajarán.
Los mapas muestran entonces también un aumento progresivo de la amplitud térmica, es decir, de la diferencia de temperaturas entre el día y la noche. En algunos casos pueden ser de entre 18ºC y 21ºC, como en Cuenca o Albacete. También habrá excepciones en sitios donde apenas habrá una diferencia de pocos grados entre el día y la noche, como Valladolid o Zamora, o sur de Lérida. Estas zonas coinciden además con los puntos donde se formarán los mayores bancos de niebla.
*Imagen: amplitud térmica prevista para el lunes, 24 de diciembre / @crballesteros
A partir del martes, se prevé un lento pero progresivo descenso de las máximas, que rompería este status quo de ‘efecto donut’ de temperaturas. De hecho, a partir del martes ya se registrarán anomalías de temperaturas positivas en prácticamente todo el país, a excepción de nuevo en el valle del Ebro.