Estamos en plena época de rayos, poderosas descargas eléctricas que se producen durante las tormentas y que, según las estadísticas, acaban con la vida de entre 10 y 12 personas al año en España y producen graves heridas y efectos secundarios a quienes sobreviven. De mayo a octubre es la época de mayor prevalencia de tormentas eléctricas en el centro peninsular, por lo que debes ser precavido si el parte meteorológico apunta a este fenómeno y tienes previsto salir a hacer deporte o pasear. Los expertos de Protección Civil nos aportan su experiencia en estos casos y recuerda que la mejor manera de evitar el peligro es no exponerse.
Es uno de los fenómenos naturales más asombrosos, pero también de los más peligrosos. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) define este tipo de sucesos como una "descarga brusca de electricidad atmosférica que se manifiesta por un resplandor breve (relámpago) y por un ruido seco un estruendo sordo (trueno)". Además, están asociadas a cumulonimbos y suelen acompañarse de precipitación en forma de chubascos de lluvia y hielo, y, en ocasiones, nieve o granizo.
Desde Aemet advierten que las tormentas eléctricas son un fenómeno meteorológico "de primer orden" y recuerdan que todos los años miles de personas caen fulminadas por los rayos y, además, causa daños irreparables en infraestructuras y bienes materiales.
Las estadísticas son muy certeras. En la década de 1995 a 2015, perecieron 52 personas en España y se calcula que cada año fallecen entre 10 y 12 personas debido al impacto de descargas eléctricas. El rayo es un fenómeno instantáneo de difícil predicción, sin embargo, los avances tecnológicos de los últimos años permiten a los meteorólogos ser más precisos y advertir a la población de la peligrosidad de estos temporales.
Según la Asociación Profesional de Agentes Forestales de la CAM (APAF), aproximadamente el 30% de las personas alcanzadas por un rayo mueren, y el 74% de los supervivientes quedan con discapacidades permanentes. Más del 70% de los fallecimientos se dan entre junio y agosto y el 92% entre mayo y septiembre. Sólo muy ocasionalmente se produce alguno en invierno.
Según los datos acumulados entre 2007 y 2016, el mayor porcentaje mensual se sucede en el mes de septiembre, pero la actividad empieza a crecer a partir de mayo, y las horas de máxima actividad se producen por la tarde, entre las 15.00 y las 21.00 horas. Esto se debe a que en primavera las tormentas se desarrollan en fase con el calentamiento diurno y con las convergencias de viento que surgen en el interior de la Península.
Es esencial que antes de salir a hacer deporte al exterior, en el horario establecido en las distintas fases de la desescalada del Estado de Alarma, consultar el parte meteorológico para evitar sorpresas, y tener muy en cuenta si se se encuentra en plena naturaleza o en la ciudad porque la respuesta, además de rápida, será muy distinta.
Observar si el cielo se oscurece, si pueden verse relámpagos, si el viento arrecia o si se escuchan truenos.
En tal caso, los expertos recomiendan buscar un lugar donde cobijarse. Puede ser un edificio o un coche (cerrar todas las ventanas y disminuir la velocidad). Hay que evitar permanecer al aire libre, sobre todo en áreas muy amplias y abiertas.
También se deben esquivar las masas de agua y los objetos altos. Hay que buscar un lugar bajo, una depresión del terrero, y nada de tumbarse en el suelo.
Según APAF, en caso de sentir un cosquilleo en la piel, que se eriza el cabello y que los objetos metálicos o que terminan en punta metálica emiten un extraño zumbido parecido al de una colmena y se producen chispas o destellos, la tormenta está próxima.
Alejarse de alambradas, verjas, vías del tren y otros objetos metálicos, al igual que de zonas ricas en mineral de hierro.
Nunca echar a correr durante una tormenta y menos con la ropa mojada, esto es muy peligroso, como también lo es refugiarse debajo de un árbol, roca o elementos prominentes solitarios.
Consejos en la ciudad y en la vivienda
Si la tormenta eléctrica te pilla en la calle, busca el refugio de un edificio para protegerte del riesgo de las descargas. No asomarse al balcón o ventanas abiertas para observar la tormenta.
En caso de estar en casa, cierra las ventanas y las puertas para que no se produzcan corrientes de aire, atraen los rayos. Los expertos nos recuerdan que se deben evitar tomar baños o duchas porque el agua es una buena conductora eléctrica.
También conviene proteger los electrodomésticos, ordenadores, todos los aparatos eléctricos desenchufándolos para que sean dañados por una subida de tensión o que ocasionen descargas eléctricas.
Conviene permanecer alejados de las tuberías del agua y del gas y del teléfono o el ordenador. Todos estos objetos pueden conducir la electricidad y provocar electrocución. Dejar las luces encendidas, sin embargo, no aumenta el riesgo.
Según APAF, una buena manera de aislarse es sentarse en una silla que no sea de metal apoyando los pies en la mesa u otra silla que tampoco sean metálicas. Lo mejor es tumbarse en una cama o litera, más aún si son de madera.