La llegada de la borrasca Filomena, bautizada como tal por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), comienza a hacerse notar en Canarias en forma de fuerte viento y lluvias, y promete manifestarse en breve en el resto de España. Entre otras cosas, se esperan nevadas copiosas en amplias zonas del centro e interior este peninsular, con una cota de nieve de unos 300/600 m. en la mitad norte y centro, de unos 500/900 m. en el sur de la meseta Sur e interior del Levante, y de unos 1000/1200 m. en el este de Andalucía, tendiendo a subir en el sur. En zonas del este de Castilla-La Mancha, Teruel, interior del Levante y nordeste de Andalucía se pueden acumular espesores superiores a los 10 cm.
Con este panorama, no está de más tener claro qué precauciones debemos tomar en la carretera para evitar accidentes y protegernos. Si no te queda más remedio que conducir en los próximos días, toma nota sobre cómo quitar la nieve del coche y cómo conducir con hielo o nieve de forma segura.
Lo mejor que puedes hacer para evitar accidentes es quedarte en casa y no utilizar tu vehículo estos días pero, si no queda más remedio que conducir, lo primero que deberás hacer para moverte de forma segura en la carretera es quitar la nieve de tu coche. De lo contrario, tu visibilidad y tu seguridad se verán comprometidas.
No todo vale a la hora de quitar la nieve de las zonas críticas (parabrisas y cristal): la técnica más segura es rociar líquido anticongelante por el parabrisas y retirar el hielo con una rasqueta de plástico que no arañe el cristal. Si no dispones de este utensilio, también puedes utilizar una tarjeta de plástico o cualquier objeto con similar rigidez que no resulte afilado (y que no vayas a necesitar luego).
A falta de líquido anticongelante, el alcohol es otro producto que puede ayudarte a descongelar el limpiaparabrisas: aplícalo directamente sobre el cristal o mézclalo con agua (dos partes de alcohol y una de agua) y podrás retirar fácilmente el hielo.
También es frecuente (aunque no aconsejable), tal y como recuerda Mapfre, arrancar el coche y encender la calefacción al máximo, activando la dirección de la corriente hacia el parabrisas. Se trata de un método más lento y menos ecológico, ya que estaremos consumiendo energía sin conducir. Otra opción es hacer uso del parabrisas térmico cuando contemos con este tipo de prestación: activa esta función y en pocos minutos tu espejo quedará libre de hielo o nieve.
En cualquier caso, se desaconseja usar agua caliente para despejar el parabrisas, ya que el contraste de temperaturas podría llegar a romper el cristal. Lo mismo se aplica a la sal: solo conseguirás rayar la superficie y no descongelar nada. Tampoco es buena idea activar los limpiaparabrisas para quitar la escarcha: podrás dañar la superficie y también el propio limpiaparabrisas, que deberá pelear contra obstáculos para los que no está preparado.
En cuanto a cómo conducir con hielo o nieve, es habitual que las distintas administraciones esparzan sal o productos equivalentes para limitar la acumulación de nieve y la formación de placas de hielo, pero lo normal será que la calzada esté resbaladiza. Lo mejor es reducir el uso del cambio de marchas, optar por marchas largas, conducir de forma suave y, si existe un botón “Snow” o “Winter”, activarlo. La clave está en transmitir menos fuerza a las ruedas para que se pierda menos adherencia.
Además, conviene extremar cuidado al pisar el freno: debemos hacerlo suavemente y, en la medida de lo posible, usar el freno motor. La distancia de seguridad debe aumentarse en estos casos, y las velocidades deben ser moderadas, especialmente en caso de escasa visibilidad. Es importante contar con margen de reacción suficiente ante cualquier imprevisto. Sobre todo, es clave mantener la calma y no tomar decisiones precipitadas que nos hagan reaccionar con rapidez.
Por último, en caso de que exista una capa de nieve importante o exista aviso de obligación de uso de cadenas, no olvides colocarlas para una conducción segura. También tus neumáticos deberán estar en perfecto estado: su dibujo debe tener al menos 3 milímetros para poder cumplir con sus funciones sin problemas, y las cubiertas no deben presentar ningún desgaste irregular. También puede ser buena idea invertir en unos neumáticos de invierno, que ofrecerán una mayor estabilidad y agarre, y harán el frenado más efectivo.