Las primeras flores de la primavera empiezan a asomar ya en España. ¿Cómo puede estar afectando la falta de lluvias al adelanto de la estación?
Las plantas están confundidas. Durante los meses de enero y febrero de 2022, las temperaturas están siendo más altas de lo habitual en España, y la escasez de lluvias afecta ya a más de la mitad del campo, en el entorno de algunas cuencas con restricciones al regadío ante la previsión de que la sequía meteorológica se prolongue al menos tres semanas más.
Más horas de insolación por la falta de nubes y el calor anómalo están adelantando lo que se conoce como la primavera fenológica, es decir, la floración de los árboles. Uno de los primeros en anunciar la llegada de la estación cada año es el Prunus dulcis, un almendro de flores rosáceas. Le suelen seguir en la floración el ciruelo, el albaricoquero, el cerezo y el melocotonero.
No es raro que los almendros despunten en invierno unos días o semanas antes de la primavera, pero lo de este año está siendo excepcional. En el Retiro, los almendros empezaron a florecer ya el 1 de febrero, y los 1.500 árboles que adornan la Quinta de los Molinos comienzan a recibir sus primeros visitantes, cámara en mano, para fotografiar la belleza del parque.
En Cieza, Murcia, y el Valle del Jerte, en Extremadura, la floración ha empezado también este febrero.
Un estudio reciente llevado a cabo por los investigadores Jian Wang, de la Ohio State University de Estados Unidos, y Josep Peñuelas, profesor de investigación del CSIC en el CREAF de Barcelona, ha demostrado que la primavera se estaría adelantando en el Hemisferio norte entre 1,2 y 2,2 días por década.
Esta llegada prematura de la primavera fenológica prevista para este siglo se atribuía hasta ahora a los inviernos suaves. La investigación relaciona por primera vez la sequía con el adelanto de la floración.
Para llegar a esta conclusión, los científicos analizaron los flujos de carbono de la vegetación, ya que cuando las plantas se despiertan comienzan la fotosíntesis y cambian los flujos de carbono, registraron 'in situ' la salida de las hojas y comprobaron a gran escala con imágenes de satélite los cambios en el verdor de la vegetación.
La floración adelantada es una amenaza global dado que, como demuestra el estudio, se produce no solo en la Península Ibérica sino en todo el Hemisferio norte.
En el Reino Unido, la primavera se ha adelantado un mes este año, como revela un reciente estudio de la Universidad de Cambridge, que compara la floración actual con datos que se remontan al siglo XVIII.
La floración prematura plantea el riesgo de que las heladas destruyan la planta y la cosecha posteriormente. Además, obliga al resto del ecosistema a adaptarse, cosa que no ocurre. Si todo el entorno se adelantase a la primavera al mismo ritmo, no habría problema, pero no es así.
Para los animales e insectos, los ciclos pueden desincronizarse, lo cual puede resultar en una reducción de las poblaciones de insectos polinizadores o en una eclosión de los huevos de aves a destiempo, que afectaría a estos animales.
La falta de lluvia y la floración adelantada tienen también un impacto en los alérgicos. Casi 8 millones de personas en España sufren alergia al polen, una patología que empeora sus síntomas con la falta de lluvia, dado que el aire no se renueva y, por tanto, el polen se mantiene mayor tiempo en suspensión.