La imagen es histórica. Por primera vez, los biólogos capturaron un calamar cuerno de carnero salvaje y escurridizo, o Spirula spirula, en vivo en video en las profundidades del océano. A pesar de su extraño nombre, los calamares cuerno de carnero ni están relacionados con los carneros ni tienen cuernos. Este cefalópodo tiene apenas 7 centímetros de largo, 8 brazos, 2 tentáculos y un par de ojos saltones. Además, en el extremo de su cola cuenta con un caparazón interno en espiral equipado con cámaras de gas que el animal manipula para flotar.
El calamar cuerno es uno de los cefalópodos más inusuales que existen. Aparte de la sepia, es el único otro molusco conocido que contiene un caparazón con cámara interna para mantenerlo flotante. Sin embargo, a diferencia de la sepia, el esqueleto de este calamar está muy enrollado
El océano profundo es un reino oscuro, poco conocido y lamentablemente inexplorado . Al navegar por las profundidades en sumergibles o utilizar vehículos operados a distancia (ROV), los biólogos marinos pueden detectar criaturas que nunca se ven . A finales de octubre, una expedición del Schmidt Ocean Institute filmó la Spirula spirula flotando verticalmente a unos 8689 metros de profundidad. Los mejores expertos en calamares, como Michael Vecchione, un experto en cefalópodos de la Institución Smithsonian, nunca antes habían visto el calamar cuerno de carnero en su mundo natural. A los 54 segundos del clip de 55 segundos, el calamar exhibe su asombrosa velocidad, ya que sale disparado.
Hay otro aspecto particularmente sorprendente en el vídeo. La posición del animal es curiosa, con su cabeza y tentáculos flotando en posición vertical, y sus aletas apuntando hacia abajo. Cuando se coloca en un acuario, el calamar adquiere una posición diferente. Su cabeza hacia abajo y sus tentáculos hacia arriba, por lo que se pensaba que la especie tomaba la misma posición en las profundidades del mar. Y no. En la zona de penumbra de los océanos, los depredadores suelen miran hacia arriba con la esperanza de vislumbrar la silueta de una posible comida.