Corte de energía, carreteras cerradas al tráfico y evacuaciones en múltiples localidades. Es la situación que atraviesa California tras el impacto de un poderoso ciclón bomba. De los incendios forestales y la interminable sequía el estado ha pasado ahora a las inundaciones y las nevadas.
Este domingo, los cielos rugieron en California antes de lo que se presentaba como una tarde complicada.
Un ciclón se intensificó rápidamente mediante un proceso conocido como ‘bombogénesis’ o ciclogénesis explosiva en el Pacífico oriental, cayendo su presión central más de 24 milibares en tan solo 24 horas, según la definición de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Su impacto en la costa oeste de Estados Unidos ha causado lluvias históricas y más de 400.000 cortes de energía en California, Oregón, Washington, según The Weather Channel.
El temporal se cebó en la zona de San Francisco. La ciudad de la tecnología ha sufrido las consecuencias en forma de apagones por las caídas en el tendido eléctrico. En un terreno ya devastado por los efectos de los incendios forestales que cada verano asolan esta región, las lluvias han sido la gota que ha colmado el vaso.
Los corrimientos de tierra han causado numerosos daños, aunque no hay que lamentar víctimas. La previsión no es muy halagüeña y se espera que esta semana continúen las lluvias.