Moderación bajo el sol
Las vacaciones son sinónimo de relax y descanso, pero también solemos olvidarnos de las buenas costumbres, esas que mantenemos a rajatabla el resto del año, como la hidratación, la buena alimentación, el ejercicio y el cuidado de la piel, clave en esta época del año. Para empezar, nos bronceamos en exceso y en la mayoría de los casos no hacemos caso a las recomendaciones de las horas idóneas para hacerlo, jamás entre las 12 y las 18:00 horas porque los rayos ultravioleta caen en forma perpendicular. "Hay que tener en cuenta que en realidad la moderación con el sol es mucho más baja de lo que pensamos. Con que nos dé 20 minutos es suficiente y eso es lo que podemos tardar de ir de casa a la playa, el resto para la piel es un exceso", señala la doctora Cristina Eguren, del Hospital Infanta Leonor, que destaca los muchos beneficios de las vacaciones en nuestra dermis, como el descanso, la ausencia de estrés y dedicarle más tiempo a las horas de sueño.
Brisa marina ilusoria
Estudios recientes alertan también sobre los efectos perniciosos de los rayos en días ventosos , ya que estos podrían reflejar hasta un 80% en este tipo de condiciones climatológicas. Sin embargo, la brisa marina es un aire húmedo que ayuda a hidratar la piel e incluso mejor ciertas patologías, como la psoriasis y la dermatitis atópica. "Lo que sí hay que tener en cuenta es que la brisa nos da una sensación de frescor que nos hace menos conscientes de la radiación ultravioleta que estamos recibiendo. Parece que el Sol no incide tanto y que no te vas a quemar, y acabas abrasándote. Yo diría que la sensación de frescor que nos aporta este viento nos engaña y nos quemamos más fácilmente", indica la titular de la Clínica Eguren.
Salitre y arena, secantes
Otros elementos que solemos encontrar en la playa y que inciden en nuestro organismo son el salitre y la arena. "Normalmente secan la piel. El agua de mar sí tiene propiedades beneficiosas, incluso hay productos elaborados con agua marina, pero este líquido elemento nos ayuda en el contexto de la presencia en el mar porque suele ser sinónimos de descanso", subraya la especialista, que recuerda que el calzado abierto que solemos utilizar en estas semanas agrede más la piel de nuestros pies, que tras un año tapada se ve expuesta las 24 horas del día.
El fotoenvejecimiento
La doctora insiste en que esas manchas y arrugas que pueblan la piel de nuestros rostros son efecto del fotoenvejecimiento. "El 80% del envejecimiento de la piel está provocado por el sol y solo un 20% por la propia cronología del paso de los años. Insisto a mis pacientes más crédulos y les pongo como ejemplo la piel del culete, a la que nunca le da el sol y que se encuentra perfecta, tersa, sin manchas ni alteraciones", indica Eguren.
Retinol, fotosensible
Entre los consejos para ayudar a nuestra piel, una buena hidratación y alimentación. "Hay que aprovechar esta época para darle al cuerpo lo que pide, tomar muchos alimentos frescos, fruta y verdura, con un gran aporte de vitaminas y antioxidantes, que nos ayudan a estar bien por dentro y por fuera", aconseja la dermatóloga. "Protegerse del sol, hidratar la piel y aconsejo a aquellas personas que utilizan retinol que sigan haciéndolo en verano, no suspenderlo, mantenerlo por la noche porque es fotosensible no fototóxico, por lo que no interactúa con el sol, y que por la mañana utilicen protectores solares", concluye.