La circulación atmosférica que nos ha traído un ir y venir de la estabilidad en el comienzo de 2020 va a arrastrar al final de esta semana una borrasca muy intensa hasta el oeste de Europa. Los vientos que se canalizan desde la otra punta del Atlántico van a desviar a Ciara, como la ha nombrado por la Met Office británica, hacia el norte, por lo que en España únicamente tendrá influencia en el norte. Pero ojo si te vas de viaje: va a dar mucho, mucho que hablar en Europa.
Irlanda y Escocia serán las más afectadas, pero también Inglaterra, el norte de Francia y Alemania, así como los países próximos (Bélgica, Holanda y Dinamarca) esperan un episodio que va a complicar el domingo y, como mínimo, también el lunes y martes.
Actualmente la borrasca no se deja ver en los mapas de predicción, pero lo hará a partir del sábado con una presión de unos 965 milibrares. Es muy poco, pero no es el mínimo que alcanzará, porque cerca de Europa se reforzará y adquirirá en torno a los 940 mb de presión mínima. En otras palabras: tendrán que andarse con ojo en el noroeste europeo con el viento y las precipitaciones porque van a incurrir con fuerza. Es la borrasca más extrema que han tenido hasta ahora en la temporada 2019-20: antes tuvieron a Atiyah en diciembre y a Brendan en enero.
En altura (a unos 5.500 m de altura), los vientos de Ciara van a ser potentísimos, de 300-350 km/hora. En superficie, podrán ser huracanados (de más de 120 km/h) en zonas muy expuestas sobre todo de Irlanda y Escocia, donde podrán generar inundaciones costeras en conjunción con la marejada ciclónica y las precipitaciones previstas –hasta 70 litros/m(2) en un solo día–. La agencia meteorológica irlandesa, Met Eireann, avisa de que, al final del domingo, podrán darse además "granizo y truenos".
En zonas altas de Escocia y Noruega, la borrasca dará lugar a nevadas intensas, acumulando unos 40 cm en 24 horas.
En lo que respecta a las temperaturas, contribuirá a arrastrar hacia zonas del oeste del continente una masa fría en altura, que en superficie desplomará el termómetro desde el lunes en las islas británicas.
La Península Ibérica quedará en el lado sur del chorro, con que únicamente se dejará sentir en el norte, mientras en el resto del país vuelve a imponerse el anticiclón. El empeoramiento de las condiciones en el Atlántico en el entorno de España se notará desde el viernes. El oleaje presentará una situación de riesgo para los navegantes que se adentren en el mar, con que seguramente el transporte marítimo se verá interrumpido.
El domingo las olas irán a más a medida que lo hacen también en el Atlántico Norte y se contagian hacia el Golfo de Vizcaya. Portugal, Galicia y el Cantábrico recibirán cerca de la costa olas de 4 metros de altura –incluso más en la costa gallega–, que mar adentro podrán alcanzar los 6-9 metros. Lo más probable es que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) active el aviso por riesgo marítimo naranja o rojo (muy alto o extremo), sobre todo el lunes.
No será nada, no obstante, comparado con lo que está por llegar al norte de Irlanda y Escocia, donde el mar podrá dar lugar a muchas incidencias.