Según un estudio elaborado por las universidades de Arizona y California, publicado recientemente en la revista Temperature, el mercurio en el interior de un coche al sol en un día de verano, con una temperatura exterior de 37 grados, alcanza los 46,7º C en poco menos de cuarto de hora, lo que puede provocar la muerte de un niño en el corto periodo de una hora, incluso estacionado a la sombra y con las ventanillas bajadas. Este informe reveló que los asientos aumentaba hasta los 50 grados, el volante a 52 y el salpicadero a 69.
Golpe de calor (hipertermia)
Los organismos de los niños se sobrecalientan fácilmente, y en el caso de los menores de cuatro años se incrementan las posibilidades de sufrir un golpe de calor (hipertermia). Según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) de Estados Unidos, la temperatura de un niños se eleva entre tres y cinco veces más rápidamente que la de un adulto, lo que puede derivar en lesiones permanentes y hasta la muerte.
Porcentaje de agua superior
La Asociación Española de Pediatría (AEP) recuerda que la proporción superficie de piel/masa corporal es mayor en los niños, lo que les lleva a acumular más calor; el porcentaje de agua en su cuerpo es superior a la de un adulto y tienen menos autonomía para beber agua. Si un niño queda dentro de un coche a 36 ºC, su temperatura corporal podría aumentar hasta los 42 o 43 ºC en poco más de 30 minutos y este golpe de calor podría ser fatal.
Acrónimo AAA (anticípese, acostúmbrese y actúe)
Para prevenir estas afecciones de calor, la doctora Reyes Novoa, miembro del Comité de Promoción de las Salud de la AEP, aconseja "no dejarles nunca sin supervisión de un adulto en el interior del coche". Los especialistas recomiendan recordar el acrónimo AAA (anticípese, acostúmbrese y actúe) y avisar al 112 en caso de encontrar a un pequeño solo en el interior de un auto. "La principal causa de esta afección es una subida de la temperatura corporal por encima de los 40°C que, acompañada de síntomas, como sensación de mareo, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, debilidad, confusión, sueño o convulsiones, puede derivar, si no se detecta a tiempo, en consecuencias mucho más graves como un fallo multiorgánico", señala la experta.
Cambio de rutina
Se recomienda a los padres y cuidadores que tomen precauciones para no dejar a los niños en los automóviles aunque se trate de un corto periodo de tiempo. Un estudio de revisión de los casos de hipertermia elaborado por la NHTSA demostró que la mayoría de las fatalidades fueron debidas a un cambio en la rutina del conductor. Los especialistas aconsejan echar una mirada al interior de su vehículo (asientos delanteros y traseros), antes de cerrar la puerta y marcharse. Realice una rutina para recordar que el infante está dentro del vehículo, como escribir una nota y colocarla donde la vea cuando salga del vehículo; poner en la parte trasera una cartera, el bolso o algún juguete del pequeño, que le alerte de su presencia.