La primera mitad de la semana se presenta benévola. La atmósfera ha desviado de nuestro entorno la borrasca que causó algunas de las peores riadas vividas en el Levante hace unos días, y el anticiclón se va imponiendo en su lugar. Esto se traducirá en cielos despejados y una estabilización de las temperaturas, pero también hará que las noches sean más frías en muchas localidades y la niebla densa acapare la atención hasta bien entrada la mañana. Hay avisos por la disminución de visibilidad en una decena de provincias.
Un poderoso anticiclón está protegiendo a Europa central, incluida la vecina Francia, de las perturbaciones otoñales la primera quincena de noviembre. En España, en cambio, la semana pasada fue cuanto menos tormentosa. Pero la calma anticiclónica que se irá imponiendo estos días (si la tormenta tropical Theta no lo impide), será generalizada con la única excepción de los Pirineos, el tercio sureste peninsular y Baleares, y puntualmente Galicia por la llegada de frentes.
Hasta, al menos, el domingo, reinarán los cielos despejados en casi toda España, con la formación de bancos de niebla muy extensos. Este martes la visibilidad se está viendo a primera hora muy reducida a 200 metros, según los avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en las dos Mesetas, Extremadura, Galicia y en las depresiones del nordeste.
“Con el cielo despejado, las noches son más frías. Esto, unido a la humedad reinante, favorece la formación de nieblas”, ha explicado en Twitter Rubén del Campo, portavoz de la Aemet. Tanto el martes como el miércoles, efectivamente, la temperatura mínima caerá ligeramente en muchos puntos de la Península, por lo que a mitad de semana dormiremos a menos de 5 grados en buena parte del país, y a unos 0ºC en áreas de montaña.
Para final de semana existe mucha incertidumbre en la predicción meteorológica. Los modelos apuntan a un acercamiento de los restos de la tormenta subtropical Theta, la número 29 de la temporada ciclónica 2020 en el Atlántico, que ya se confirma como la más frenética de la historia. Su efecto más notable podría ser el temporal marítimo, pero aún es pronto para prever cómo nos afectará tanto en la Península como el archipiélago canario.