El movimiento contra el cambio climático no hace más que aumentar, una rebelión que tiene lugar desde hace dos semanas de forma ininterrumpida. Después de meses en los que el día elegido por los manifestantes era el viernes, bajo el lema Fridays for future, impulsado por Greta Thumberg, los jóvenes de distintas ciudades han decidido que la emergencia es tal que el movimiento no debe de tener descanso.
Uno de los manifestantes de Madrid, desgrana los motivos por los que se han unido al movimiento, “estamos aquí en la lucha por la vida, por este planeta”. Animan a más personas a unirse al movimiento, en el que dicen, también se trata de crear un espacio de dialogo donde intercambiar ideas sobre la emergencia climática.
Otra de las activistas cree que el tiempo ya se ha acabado y que llegado este punto en el que la “emergencia está aquí”, para ella el objetivo tiene que ser llevar a cabo “acciones disruptivas para llamar la atención de los gobiernos”.
Un pensamiento que parece haberse extendido por todo el mundo, en Sidney, personas disfrazadas de abejas fingen su muerte para simbolizar el peligro al que está expuesto esta especie y falsos apicultores cortan el tráfico en sus carreteras.
En capitales europeas como Berlín y Londres las manifestaciones por el clima no tienen una afluencia menor. En la capital alemana son muchos los que tratan de bloquear las avenidas como protesta, mientras que en la de Reino Unido manifestantes acampan en la residencia del primer ministro reclamando soluciones. En esta ciudad tuvieron ayer lugar 300 detenciones, Boris Johnson ha calificado hoy a este grupo de activistas como “hippies en tiendas de campaña oliendo a marihuana”.