Millones de personas de las grandes ciudades de todo el mundo se han sumado a las protestas contra el cambio climático. La llamada "rebelión contra la extinción del planeta" ha paralizado calles en Manhattan, Australia, Londres y Madrid donde hay docenas de activistas detenidos por exigir a los Gobiernos de sus países que actúen para salvar el planeta.
Hacer ruido y sacudir conciencias. Es el objetivo de las protestas que han recorrido el mundo de un lado a otro para denunciar que se acaba el tiempo, que el cambio climático es una emergencia real, que no puede esperar, mientras los políticos miran para otro lado y las multinacionales solo a sus beneficios económicos.
En Londres los manifestantes se han pegado al suelo con pegamento y la autoridades han detenidos a 200 personas. El momento era ideal para estas dos mujeres que han celebrado lo que han llamado su boda rebelde en medio de esta rebelión por el clima; en Amsterdam los manifestantes han cortado avenidas enteras y la Policía ha actuado con rigor en todas las ciudades, donde se han movilizado por el clima y contra la apatía de los gobiernos.
Las imágenes se repiten en Sydney, Berlín, en Nueva York han llenado de sangre el toro de Wall Street... Y las calles de Manhattan, mientras en Madrid, las protestas en la Castellana eran reprimidas. Al movimiento mundial han reaccionado los negacionistas que ahora apuntan a demonizar a la líder ecologista Greta Thunberg.
En Roma, las autoridades investigan a los que han colgado un muñeco con el rostro de Greta Thunberg de un puente de la ciudad italiana. No pueden contra el movimiento que cobra fuerza a nivel mundial que exige poner freno a un modelo económico que devasta el planeta y se ensañan contra la joven de 16 años, que se han convertido en un símbolo de la lucha por salvarlo.
La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi ha repudiado el acto desde su cuenta en Twitter, subrayando que su "compromiso por el clima no se para".