El protocolo para evitar otra catástrofe: ¿qué soluciones se deberían implantar de cara a una futura DANA?
Expertos advierten: cada vez serán más habituales DANAs de una magnitud igual o mayor a la que ha arrasado Valencia
¿Qué soluciones tanto naturales como estructurales se deben poner en marcha para evitar estragos tan catastróficos?
Minuto a minuto: sigue en directo la última hora sobre la DANA en España
Las víctimas por el paso de la DANA alcanzan ya los 217 fallecidos. Alfredo Pérez-Morales, profesor de Geografía Humana en la Universidad de Murcia, realizó una tesis doctoral llamada Riesgo de inundación y políticas sobre el territorio en el Sur de la Región de Murcia, un tema en el que posteriormente se especializó. La vulnerabilidad de los peligros con origen en la naturaleza y la cartografía de riesgos mediante el uso de los sistemas de información geográfica se han vuelto su prioridad. Por ello, ahora ofrece unas pautas junto a Salvador Gil Guirado, su compañero de departamento, que pueden ayudar a mitigar el próximo desastre natural de este tipo.
El geógrafo insiste en la importancia de establecer una gestión y una planificación territorial mediante la implementación de estrategias de adaptación basadas en ecosistemas, es decir, soluciones vinculadas a la naturaleza como la restauración de humedales, la reforestación de cuencas, las lagunas temporales, los drenajes urbanos y los parques fluviales inundables.
MÁS
“Pueden mejorar la capacidad de absorción del territorio y reducir el riesgo de inundaciones. La recuperación de espacios naturales que actúan como zonas de inundación controlada disminuye la velocidad y el volumen del agua que llega a las áreas urbanas”, aclara.
La reforestación en áreas montañosas y cuencas altas es vital, reduce la erosión y mejora la infiltración del agua, “disminuyendo el escurrimiento superficial”. Los bosques actúan como esponjas naturales, absorben el exceso de agua y la liberan de forma gradual, lo que contribuye a mitigar los picos de crecida en los ríos.
El experto insiste en la planificación urbana sostenible, que debe incorporar el riesgo de inundación como elemento central. Esto implica imponer restricciones en la construcción, es decir, evitar la edificación en zonas inundables y establecer normativas que regulen el uso del suelo de acuerdo con el peligro identificado. “La implementación de mapas de riesgo actualizados es crucial para guiar el desarrollo urbano”, asegura.
Incorporar áreas verdes y superficies permeables en el diseño urbano para permitir la infiltración del agua y reducir el escurrimiento también resulta imprescindible. Parques urbanos, jardines de lluvia y cubiertas vegetales son ejemplos de soluciones que contribuyen a gestionar el agua de la lluvia de manera sostenible.
Contar con un diseño urbano resiliente es esencial. Resulta necesario implementar soluciones arquitectónicas y urbanísticas que minimicen el impacto de las inundaciones, como edificaciones elevadas y calles diseñadas para canalizar el agua de manera segura. La adopción de códigos de construcción que consideren el riesgo de inundación puede aumentar la resiliencia de las edificaciones.
La gestión integrada de los recursos hídricos es fundamental para abordar los desafíos de las inundaciones, según Pérez-Morales. Esto implica la coordinación de políticas relacionadas con el agua, la tierra y el medio ambiente, asegurando que las decisiones en un sector no aumenten los riesgos en otro. La participación de todos los actores interesados, incluyendo agricultores, empresas, comunidades locales y autoridades, en la gestión del agua facilita la implementación de soluciones consensuadas y sostenibles.
Prevención y alerta temprana
Una recomendación clave es la revisión de los umbrales de precipitación necesarios para que se produzca una inundación. La implementación de modelos hidrológicos actualizados que incorporen los cambios en el uso del suelo y las proyecciones climáticas también es fundamental. Esto permitirá una mejor estimación de los caudales y niveles de agua durante eventos de lluvia intensa, facilitando la planificación y toma de decisiones.
La mejora de los sistemas de monitoreo y la predicción es crucial para anticipar eventos extremos. La instalación de estaciones meteorológicas adicionales y el uso de tecnología avanzada pueden proporcionar datos más precisos y permitir alertas más tempranas.
El uso de herramientas tecnológicas, como aplicaciones móviles y sistemas de mensajería, puede facilitar la difusión rápida de alertas y recomendaciones. La integración de estos sistemas con los planes de emergencia locales asegura una respuesta coordinada y eficaz.
Educación y participación ciudadana
La población debe ser informada y educada sobre los riesgos de inundación y las medidas de prevención. Las campañas de concienciación pueden fomentar comportamientos que reduzcan la vulnerabilidad, como no arrojar basura en cauces y mantener despejados los sistemas de drenaje.
La participación ciudadana en la planificación y gestión del riesgo es esencial. Programas comunitarios que involucren a los residentes en la identificación de riesgos y la implementación de medidas de mitigación pueden fortalecer la resiliencia colectiva. La gestión del riesgo de inundación requiere la colaboración entre diferentes niveles de gobierno y sectores. Es fundamental establecer marcos de cooperación que permitan una respuesta coordinada y eficaz ante emergencias.
La creación de comités interinstitucionales y plataformas de intercambio de información puede mejorar la coordinación. La colaboración con instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales aporta conocimientos y recursos adicionales.
Políticas económicas y financieras
El establecimiento de políticas de seguro que incentiven la reducción del riesgo son herramientas eficaces. Las primas de seguro ajustadas al nivel de riesgo pueden motivar a propietarios y desarrolladores a invertir en medidas de mitigación.
Además, los programas de compensación y apoyo financiero para la recuperación después de la inundación deben estar vinculados a la implementación de medidas de prevención futuras. Esto asegura que la inversión pública promueva la resiliencia y no perpetúe la vulnerabilidad.
Investigación y desarrollo
“Invertir en investigación para comprender mejor los efectos del cambio climático y las dinámicas de las inundaciones es fundamental”, aclara Pérez-Morales. El desarrollo de nuevos modelos y herramientas puede mejorar la predicción y la planificación
Invertir en investigación para comprender mejor los efectos del cambio climático y las dinámicas de las inundaciones es fundamental
La promoción de estudios multidisciplinarios que integren aspectos hidrológicos, climáticos, sociales y económicos enriquecerá la comprensión del riesgo. Además, la innovación en tecnologías de gestión del agua y construcción resiliente contribuirá a soluciones más eficaces.
“Es imprescindible que las políticas públicas aborden el problema desde una perspectiva multidimensional, considerando tanto los factores ambientales como los sociales y económicos. Solo así se logrará una gestión eficaz y sostenible del riesgo, protegiendo a la población y promoviendo un desarrollo territorial resiliente”, recuerda el experto.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.