Qué es una DANA, cómo se forma y cuánto dura: el fenómeno que ha arrasado en Valencia

Nos hemos acostumbrados a oír la palabra DANA sin saber exactamente qué es. Hemos vistos los daños que está dejando en Cuenca, Valencia y otras regiones con las intensas tormentas, lluvias persistentes e intensas, así como de situaciones meteorológicas altamente peligrosas. Son las siglas de Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), fenómenos atmosféricos habituales en el Mediterráneo, que pueden estar relacionados con el cambio climático.

Una son fenómenos atmosféricos habituales y especialmente peligrosos en verano y otoño. Se producen cuando un sistema de bajas presiones se separa de las corrientes que rodean la Tierra y fluye de forma independiente.

Para el meteorólogo Francisco Martín León, investigador de la AEMET, una DANA es "una depresión cerrada en altura que se ha aislado y separado completamente de la circulación asociada al chorro, y que se mueve independientemente de tal flujo llegando, a veces, a ser estacionaria o, incluso, retrograda (su desplazamiento es, en estos casos, de dirección este-oeste)".

El término Dana fue acuñado hace relativamente poco. Empezó a raíz de la palabra en inglés cut-off low, que se tradujo baja o presión aislada. Se fue usando cada vez más a mediados de los 80 y, hace no demasiado se sumó ‘en niveles altos’ para especificar.

El motivo por el que se buscó una alternativa a ‘gota fría’ es que, con el tiempo, se fue desvirtuando por la familiarización de la población al verlo frecuentemente en la pantalla de televisión perdiendo su peso científico.

Así que acabó por sustituir el término 'gota fría' a una evolución que describe mejor el fenómeno meteorológico, pero no desapareció, lo mismo que ocurrió en el lenguaje meteo técnico alemán.

Para entender qué es una DANA hay que empezar por explicar qué es la corriente en chorro, que quizá te suene más por jet stream. Podemos definirlo como ese cinturón de vientos que circunvalan la Tierra a unos 9.000 m de altura o a 300 hPa en nuestras latitudes. Aunque en la franja de la Península también puede afectarnos el chorro subtropical, equivalente al polar, pero situado en latitudes más bajas y a mayor altura, entre 11.000 y 13.000 metros.

Puesto que los que afectan a la Península Ibérica y Baleares suelen ser las Danas provenientes del chorro polar nos centraremos en estas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) define el fenómeno como un “sistema de baja presión en los niveles altos de la atmósfera que se ha separado por completo del flujo zonal en altura” en el Hemisferio Norte. Lo que la diferencia de una borrasca ordinaria es que no tiene por qué desplazarse hacia el este, puede permanecer estacionaria varios días.

Su ciclo de vida es el siguiente, para simplificar: suele gestarse una vaguada –una elongación de bajas presiones en forma de V– tan pronunciada que acaba desgajándose de la circulación atmosférica y dejar aislado un embolsamiento de aire frío entre 300 y 500 hPa. Es fácil de reconocer en los mapas de previsión, como veremos a continuación, aunque hasta que no falta muy poco para que se forme es difícil saber cómo se comportará. “En su lado izquierdo tendremos un núcleo de aire muy frío en niveles medios, que contrasta con el aire más cálido en su lado derecho”, especifica la Aemet.

¿Dónde son más frecuentes las DANAS en España?

Las DANAS suelen ser más frecuentes en la vertiente del Mediterráneo al final del verano, pero más frecuentemente, durante el otoño. El mar retiene mucho calor después de meses de muchas horas de insolación y esto, al sumarse ese aire frío en altura, deja episodios adversos de lluvias y vientos fuertes que suelen provocar inundaciones. Esto no quiere decir que siempre que hay un episodio tormentoso de precipitaciones torrenciales en el Mediterráneo esté involucrada una Dana.

En España se realizan muchos esfuerzos por desviar los cursos fluviales principales, pero claramente queda por hacer. Por ejemplo, han de adecuarse las ramblas para soportar las tremendas cantidades que llegan a caer en tan solo una hora, a veces incluso más de 100 litros/m2 en una hora o dos. 

Esta DANA que ha devastado Valencia ha dejado 400 litros por metro cuadrado (l/m2) en localidades como Chiva, Buñol y Turís, según ha señalado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Ya se ha convertido en el tercer mayor desastre natural de la historia de España con al menos 64 muertos, dejó acumulados superiores a los 200 l/m2 en una amplia zona de la provincia de Valencia. en pocas horas provocando el desbordamiento de ríos y embalses que han aumentado su caudal arrasando por zonas habitadas como un tsunami.

En Chiva, de hecho, se han recogido 491 l/m2 en solo ocho horas, que es prácticamente lo que puede llover en un año completo. Además, se han registrado más de 300 l/m2 en Requena y alrededor de 275 l/m2 en Utiel.

El cambio climáticos y las DANAS

Con el paso de los años y el aumento de las emisiones globales y la temperatura del planeta, las Danas se están volviendo más frecuentes. Algunos estudios revelan un repunte importante sobre todo a partir de 1990, rondando ya las 35-40 ‘gotas frías’ anuales en Europa.

La meteoróloga Isabel Moreno, de Aquí La Tierra de RTVE, ha explicado que una atmósfera más caliente es capaz de retener más vapor de agua y liberarlo en forma de lluvia en mayor cantidad, es decir, el calentamiento global derivado del cambio climático favorece que pueda ocurrir episodios de lluvias más extremas.

“Estamos bajo unas condiciones climáticas que favorecen que el tiempo sea más extremo”, ha dicho, la especialista, aunque ha negado que las DANAS estén relacionadas directamente, pero sí ve señales que pueden mostrar una causa-efecto entre fenómenos extremos.

“Por otro lado, nuestros mares y océanos tienden a estar más calientes, lo que se convierte en una fuente tanto de vapor como de energía para estos sistemas capaces de hacer llover. En el caso del Mediterráneo frente a nuestras costas, la dana se ha encontrado con el agua a unos 22ºC. Eso es unos 2ºC por encima de lo normal para esta época”, ha precisado Moreno.

Este fenómeno necesita más tiempo para ser estudiado, aunque “la ciencia lleva tiempo alertando sobre las consecuencias que va a tener, y que está teniendo el cambio climático, y no necesitamos esperar ni un segundo más para mitigar los peores escenarios posibles”, ha expresado.

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