¿Tiene algo que ver la polémica siembra de nubes con las terribles inundaciones en Dubái? La noticia recorrió el mundo: del cielo cayó el equivalente a 18 meses de lluvia en menos de 24 horas, y en apenas 12 horas se acumularon 100 litros por metro cuadrado algo del todo inusual en el clima desértico de los Emiratos Árabes.
De hecho, ha sido la escasez de lluvias y la sequía lo que ha motivado a este país a impulsar las investigaciones en bioingeniería y la práctica denominada "siembra de nubes". Se trata de una tecnología que busca provocar que llueva esparciendo sales y nitrato de plata en el ambiente, tal como lo explicó Flora González hace unos días en esta sección:
El director del Centro Meteorológico Nacional de Emiratos Árabes descartó una relación entre la siembra de nubes y este diluvio porque no hubo siembra en los días anteriores, pero algunos meteorólogos han dicho lo contrario.
Lo que es claro es que las lluvias torrenciales que provocaron inundaciones sin precedentes en los Emiratos Árabes Unidos, Omán e Irán no aparecieron de la nada. Tampoco afectó sólo a las zonas que participan en la siembra de nubes. Por el contrario, esta práctica se implementa en zonas despobladas, no precisamente cercanas a Dubái.
Según los expertos, la inusual inundación tuvo mucho más que ver con que la ciudad no está preparada para afrontar precipitaciones de este calibre. Dubái ha crecido en los últimos años a un ritmo vertiginosos, a fuerza de construcciones gigantescas, de concreto y cristal, con muy pocos espacios verdes que puedan absorber el agua. Además, el calentamiento global está haciendo de las suyas y desata lluvias a una velocidad mucho mayor que la tecnología de siembra de nubes, que hasta el momento no ha conseguido generar un impacto significativo. Dale Play al vídeo que inaugura este artículo para entender mejor de dónde puede haber salido esta inundación.