Las cantidades de agua que han caído en Grecia en los últimos días son desorbitadas. Las inundaciones afectan a multitud de vecindarios donde los cimientos de las casas no pueden resistir y vencen, en algunos casos dejando solo visibles los tejados, como ocurre en el pueblo de Karditsa. ¿Podría llover así en España en un futuro?
El mismo día que las lluvias de la DANA, también históricas, empezaron a cesar en España, un ‘medicane’ nombrado borrasca Daniel cobró intensidad en Grecia. Entre el lunes y el jueves, han caído más de 800 litros por metro cuadrado en algunas regiones del país y más de 800 personas han tenido que ser rescatadas por las crecidas de ríos. Por ahora, se han confirmado cuatro muertos.
Sorprende cómo ha cambiado la escena en Grecia que, casi de un día para otro, ha pasado de los incendios destructivos que quemaron casas y dejaron más de 20 fallecidos a estas inundaciones de las que va a tardar en recuperarse. Muchas personas no podrán volver a sus casas nunca más, completamente destrozadas.
Volos parece el escenario de un tsunami. El agua está por todas partes. También en Karditsa o en la capital griega, Atenas, donde las mesas de las terrazas flotaban por las calles arrastradas por las riadas el miércoles. La situación es dramática. Algo así simplemente no es esperable.
En el pueblo de Zagorá, en la región de Magnesia, han caído 754 litros/m2 en 24 horas, casi el doble del récord anterior, registrado en 2009, mientras que en varias zonas del centro del país se registraron precipitaciones que sobrepasaron los 400 litros/m2 en el mismo periodo de tiempo, informa Efe.
Si sigue lloviendo, lo cual dependerá de la posición de la borrasca, podrán acumularse más de 1.500 l/m2. Estas cantidades de agua serían un disparate incluso para las regiones del mundo acostumbradas a los monzones.
Las cantidades registradas son cinco veces mayores que las caídas en España por la DANA, que también fueron extraordinarias. Ambos temporales, cada uno a un extremo del Mediterráneo, se deben a un patrón atmosférico conocido como “bloqueo en omega”, porque su estructura recuerda a la forma de la letra griega.
En el centro de la borrasca Daniel griega y la DANA española se encuentra un anticiclón potente que ha causado tiempo plenamente veraniego y temperaturas inusualmente altas en Centroeuropa.
Lo que ocurre con ‘Daniel’ es que se ha visto muy alimentada por un mar Mediterráneo inusualmente caliente. A más caliente está, más agua se evapora, y ese vapor de agua es el que alimenta nubes de tormenta más grandes que causan lluvias más violentas.
Un temporal como el de Grecia no es esperable en ningún lugar. Pero, visto lo visto, el calor del Mediterráneo (que este año ha batido récords de temperatura acercándose a los 30 ºC desde principios de verano) tiene potencial para alimentar tormentas cada vez más fuertes en los países que los bordean.
En nuestro país nunca ha caído tanta agua como la que hemos visto en Grecia. El récord de lluvia en 24 horas medido en España desde que hay registros se produjo en la localidad de Oliva (Valencia), en noviembre de 1987, "y no llegó a 800 litros por metro cuadrado", ha dicho el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo, en el diario El Mundo.
Pero eso no quiere decir que no pueda pasar en un futuro, sobre todo si el Mediterráneo sigue calentándose cada vez más y más. Las DANAs del final del verano podrían verse alimentadas por una mayor cantidad de vapor de agua y formarse episodios torrenciales cada vez peores.