El agujero de ozono antártico se adelanta en 2023: ¿Por qué es tan grande este año?

El agujero de ozono en la Antártida se ha formado antes de tiempo en 2023. A finales de agosto su extensión superaba los 16 millones de km2, algo que los expertos creen que se debe a la inmensa erupción de un volcán en 2022.

El seguimiento del agujero de ozono del hemisferio sur por parte del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera (CAMS) de Copernicus ha mostrado un rápido crecimiento a principios de agosto.

El agujero de ozono antártico se ha desarrollado antes de tiempo y de manera muy rápida

Este 2023 es uno de los años con el agotamiento más temprano del ozono.

La siguiente animación muestra en conjunto la evolución del agujero de ozono entre el 2 de julio y el 28 de agosto desde el inicio de los registros en 1979. Sólo un puñado de años muestran actividad de destrucción de ozono durante los primeros días de julio.

En 2023, la columna total de ozono se estabiliza a finales de julio y comienza a formar un importante agujero de ozono a mediados de agosto.

Posible contribución de la erupción del volcán Hunga Tonga

Algunos investigadores consideran que los patrones ligeramente inusuales de este año podrían estar relacionados con la erupción del Hunga Tonga-Hunga Ha'apai en enero de 2022.

Hasta ahora, el desarrollo del agujero de ozono en 2023 se adelanta una o dos semanas, en comparación con la mayoría de los años en los 43 años del reanálisis combinado ERA5/CAMS.

Se cree que la erupción del volcán Hunga-Tonga en enero de 2022, que inyectó cantidades sin precedentes de vapor de agua en la estratosfera (50 millones de toneladas según estimaciones), que alcanzó la estratosfera antártica después del final del agujero de ozono antártico de 2022, es un factor que contribuye a este rápido desarrollo.

Esta teoría es consistente con la física de la estratosfera y la química del agujero de ozono.

¿Cómo está el vapor de agua impulsado por el volcán afectando al ozono?  

Por un lado, el aumento del vapor de agua disponible puede conducir a una mayor formación de nubes estratosféricas polares en las que los CFC (clorofluorocarbonos) pueden reaccionar para acelerar el agotamiento del ozono.

Además, el vapor de agua podría contribuir a enfriar la estratosfera antártica potenciando la formación de estas nubes estratosféricas polares y dando como resultado un vórtice polar más fuerte. 

La influencia precisa de la erupción de Hunga Tonga en el agujero de ozono del hemisferio sur aún se está investigando, ya que no hay precedentes de que tales cantidades de vapor de agua se hayan inyectado en la estratosfera en las observaciones modernas.