La temporada de huracanes 2023 podría ser más activa que el promedio. Los motivos: un calor récord en el océano Atlántico, y un evento de El Niño desarrollándose en el Pacífico, donde las aguas inusualmente cálidas se extienden desde la costa de Sudamérica. ¿Cómo afectarán estos fenómenos a los ciclones tropicales?
Una actualización publicada por The Weather Company y Atmospheric G2 estima que esta temporada habrá un total de 20 tormentas tropicales en la cuenca del Atlántico, 10 de las cuales se espera que se conviertan en huracanes y cinco de las cuales alcanzarán al menos categoría 3, por tanto serán huracanes de alto impacto. Esta cifra está muy por encima del promedio de los últimos 30 años.
Los expertos prevén ahora mayor número de tormentas y huracanes que hace un mes, puesto que las cosas han cambiado en estas últimas semanas.
Concretamente, las temperaturas en la superficie del Océano Atlántico Norte se han elevado por encima de lo normal más o menos desde el mes de abril.
"En mayo, el servicio meteorológico europeo Copernicus informó de máximos históricos en un área que se extiende desde Irlanda hasta las Islas Canarias, incluyendo Gran Bretaña, el Golfo de Vizcaya y la Península Ibérica", según publica 'Le Monde'.
"Y luego, desde mediados de junio en adelante, se produjo un pico de calor en una escala sin precedentes. El 21 de junio, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. informó que el termómetro en la superficie del agua marcaba 23,3 °C, o 1,28 °C por encima del promedio para esta época del año", recalca este medio.
Durante las últimas tres temporadas de huracanes, de 2020 a 2022, las aguas ecuatoriales del Pacífico habían estado más frías que el promedio, con un evento conocido como La Niña. Pero esa ‘triple La Niña’, como lo bautizaron los medios, finalmente desapareció. Ahora tenemos a El Niño: al contrario que con La Niña, las aguas están inusualmente calientes en la misma franja del Pacífico.
El Niño irá ganando intensidad para el pico de la temporada de huracanes, de agosto a octubre, según el último pronóstico de la NOAA.
En las temporadas de huracanes de El Niño, a menudo los vientos ecuatoriales son más fuertes sobre el Mar Caribe y algunas partes adyacentes de la cuenca del Atlántico, lo cual suele hacer que las tormentas y huracanes tengan más dificultades para cobrar fuerza. Por tanto, El Niño suele asociarse a menos huracanes (y menos intensos) y La Niña todo lo contrario.
Por este motivo no se ha pronosticado un mayor número de ciclones tropicales pese a las aguas extremadamente cálidas del Atlántico: El Niño podrá limitar la actividad ciclónica este verano.
Aun así, podría ser la temporada de huracanes del Atlántico de 2023 puede ser una de las más activas para cualquier temporada de El Niño registrada.