¿Se pueden predecir trombas de agua como la de Zaragoza?: así es el sistema en España, con radares, satélites y alertas
Tanto la AEMET como organismos europeos avisaban de "la posible generación de tormentas muy organizadas, entre ellas supercélulas, que es la reina de todas las tormentas”
Pero predecir que una supercélula pase por un sitio específico no es fácil: "Hoy por hoy, no es posible hacerlo con exactitud", explican los meteorólogos consultados por NIUS
El satélite Meteosat de tercera generación mejorará la predicción de estos fenómenos tan severos: "Verá las señales de forma más clara, mucho más rápido y con mucha más nitidez"
Fueron apenas 20 minutos, pero la ciudad quedó colapsada. La tromba de agua y granizo que cayó este jueves en Zaragoza fue insólita, incluso en una ciudad acostumbrada a ello. “No fue una simple tormenta”, advierte el meteorólogo de Meteored Francisco Martín. “Fue algo extraordinario y de alto impacto”.
Cayeron más de 54 litros por metro cuadrado en poco más de una hora. El granizo fue gigante, del tamaño de pelotas de tenis. “Había previsión de tormentas, pero no tan intensas, la realidad superó a las expectativas”, confiesa José López Medina, responsable del blog 'Cazatormentas'. La pregunta que nos hacemos hoy es esa, precisamente: ¿Se podía prever algo así? ¿Disponen los meteorólogos de herramientas para ello?
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"La reina de todas las tormentas"
Ambos expertos explican que lo que ocurrió en Zaragoza la tarde del jueves tiene un nombre: supercélula. “El nombre no alude a su tamaño, sino a su organización interna”, avisa Martín. Se trata de “la estructura tormentosa y convectiva aislada más organizada”.
Las supercélulas son “tormentas muy organizadas y relativamente raras”. Para que se den, han de confluir varios factores:
- Mucha inestabilidad
- Giro del viento con la altura (cizalladura), muy rápido y preferentemente en capas bajas
- Mecanismo de disparo: algo que haga ascender esa inestabilidad potencial que tiene la atmósfera (una vaguada, por ejemplo)
Esos son los elementos básicos para que se genere una supercélula, que Martín llama "la reina de todas las tormentas". Y este jueves se dieron todos, no sólo en Zaragoza.
También hubo supercélulas en zonas de La Rioja, País Vasco, Navarra y otras partes de Aragón. "Todas ellas estaban en alerta”, subraya Martín. "El desarrollo de las tormentas fue explosivo. Y varias de ellas, auténticas supercélulas, pero además, de enorme tamaño", destacan en 'Cazatormentas'.
Cómo predecir las supercélulas
Lo que había, en todas esas zonas, es una alerta de la AEMET. En algunas, amarilla. En otras, como Zaragoza, naranja. Avisos “por lluvias intensas y tormentas muy adversas, con granizo superior a 2 cm de diámetro y fuertes vientos”.
Y no sólo eso. Explica Martín que “otro organismo europeo, el ESSL (Laboratorio Europeo de Tormentas Severas) también señalaba esa zona como posible generación de tormentas muy organizadas, entre ellas supercélulas”. Este organismo hablaba de algo parecido a la AEMET. “Tormentas aisladas y organizadas, granizo superior a 2 cm”. Hasta ahí llegaban los avisos, pero no es fácil ir mucho más allá.
“Este tipo de tormentas severas no se pueden pronosticar con exactitud, ni a pocas horas vista, porque surgen por condiciones atmosféricas muy concretas de humedad, vientos, orografía y niveles de temperatura en el aire”, explica López Medina.
“Había avisos, pero predecir que una supercélula pase por un sitio específico, hoy por hoy, no es posible hacerlo con exactitud, no se puede saber con certeza”, advierte Martín. “Lo que se sabe es que hay un ambiente favorable para el desarrollo de supercélulas”. Y el jueves, en esas zonas, había un buen “caldo de cultivo”, dice el meteorólogo.
“Se intuía un episodio de tormentas importantes, pero no que pudieran desarrollarse supercélulas y que éstas generaran tanta lluvia con este granizo tan poco usual ¡y más en julio!”, comenta sorprendido López Medina. Y eso que podía haber sido peor. Porque estas supercélulas pueden generar tornados en su superficie. "La del jueves en Zaragoza fue una supercélula de alta tasa de precipitación, pero no tornádica", comenta Martín.
Explica el veterano meteorólogo que "las supercélulas que se dieron en España el jueves eran de libro”. Es decir, cumplían todas las características que hemos visto que tienen que tener. Ante unas “supercélulas de libro”, entonces, ¿hay herramientas que sean capaces de detectarlas antes de que ocurran?
Datos de radar y de satélite: vigilar "las señales del zorro"
“Hay predictores de vigilancia, que observan datos de satélite y de radar para ver estas supercélulas”, explica Martín. Vigilan lo que él lo llama “señales del zorro”. Y asegura que cuando un predictor está bien preparado, las pueden ver.
“Respecto al radar, lo vio muy bien”, afirman Pilar Ripodas y José Luis Camacho, meteorólogos de la AEMET. El radar vio que “había varias células muy activas". Aunque matizan que "la más espectacular en tamaño no fue la de Zaragoza, sino otra en el Bajo Aragón, que ocasionó daños serios, pero en una zona de poca población”, advierten. Aunque “la célula de Zaragoza fue muy activa a su paso por la ciudad”.
"Si no pasa por Zaragoza, ni nos habríamos enterado”, reconoce Martín. Si esa supercélula tan potente hubiera descargado en zona de campo, en secarrales, habría pasado más desapercibida. Pero “se sabía que Zaragoza estaba en una zona potencialmente adversa”, dice Martín. ¿Y había "señales del zorro"? “Las imágenes de satélite y radar mostraban señales inequívocas de que varias supercélulas se desarrollaron en zonas del noreste y norte Península”, explica el meteorólogo de Meteored.
Desde la AEMET aseguran que “los datos de radar son los más adecuados para hacer el seguimiento” de una tormenta como esta “y poder emitir los avisos (junto con el modelo, las estaciones...)”. Los datos del satélite Meteosat son más complementarios, en estos casos.
“Los datos de satélite son un complemento muy valioso a otro tipo de datos para hacer seguimiento de las tormentas y emitir los correspondientes avisos en caso necesario”, explican Ripodas y Camacho. Son muy útiles, sobre todo, “cuando no se dispone de datos de radar, o en casos en que el radar no puede ver bien las células convectivas”. Ocurre, por ejemplo, “si una montaña se interpone entre el radar y la célula convectiva”.
Sistema de avisos a la población
Lo que parece claro es que predecir un fenómeno tan potente, pero tan local, no es fácil. No, al menos, con la antelación suficiente que se requeriría. "Los modelos meteorológicos tienen sus limitaciones a la hora de afinar con los detalles más locales, que requerirían de una resolución muy elevada, y que resulta imposible de conseguir con la antelación necesaria", advierten desde 'Cazatormentas'.
En España, no obstante, está operativo desde febrero un sistema de avisos a la población que puede ayudar en casos como este. Se trata del sistema ES-Alert, que permite enviar mensajes de alerta generalizados e inmediatos a los teléfonos móviles localizados en un área afectada por una emergencia o catástrofe. El objetivo es "que la población pueda protegerse ante fenómenos como como inundaciones, incendios, fenómenos meteorológicos adversos, volcánicos o accidentes químicos, entre otras emergencias", explican desde Protección Civil.
Tras lo ocurrido el jueves, y ante la previsión de nuevas tormentas, el Gobierno de Aragón lo activó este viernes a mediodía, por primera vez. Con ello, se avisó a población de las zonas con alerta por riesgo de tormentas severas. "El mensaje no deja de sonar hasta que el usuario lo acepta", explicaban.
A la espera del nuevo Meteosat
Hay otra herramienta que aún no está disponible, pero que puede cambiar las cosas en el futuro: el satélite Meteosat de tercera generación, puesto en órbita hace unos meses. "Tiene mejor resolución espacial y temporal que el actual Meteosat de segunda generación. Esto, sumado al detector de rayos a bordo, mejorará el seguimiento de las tormentas y se podrá dar un mejor servicio a la hora de emitir los avisos", aseguran desde la AEMET.
Este nuevo satélite estará operativo a finales de este año. "Tiene un sensor de rayos y eso sí que va a ser un valor añadido en el futuro", destaca Martín. "Y además, verá las señales de forma más clara, mucho más rápido y con mucha más nitidez".