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Los meteorólogos de todo el mundo están confirmando sus peores sospechas: 2023 podría batir un récord al convertirse en el año más caluroso registrado. Durante los primeros días de junio se alcanzó una temperatura global que supera en 1,5 ºC el promedio preindustrial, y esta anomalía podría mantenerse el resto del año gracias al fenómeno de El Niño que se desarrolla en el Pacífico y a un Atlántico demasiado caliente para estas fechas.
Existe una probabilidad del 66 % de que la temperatura global promedio anual entre 2023 y 2027 sea más de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Además, con una probabilidad del 98 % al menos uno de esos cinco años, y el lustro en su conjunto, será el más cálido registrado, ha informado la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.
“Se espera que se desarrolle un calentamiento de El Niño en los próximos meses y esto se combinará con el cambio climático inducido por el hombre para llevar las temperaturas globales a un territorio desconocido”, alerta el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
“Esto tendrá repercusiones de gran alcance para la salud, la seguridad alimentaria, la gestión del agua y el medio ambiente. Necesitamos estar preparados”, agrega.
La temperatura global promedio en 2022 fue de aproximadamente 1,15 °C por encima del promedio de 1850-1900. La influencia de enfriamiento de las condiciones de La Niña durante gran parte de los últimos tres años frenó temporalmente la tendencia al calentamiento a largo plazo.
Pero La Niña terminó en marzo de 2023 y se pronostica que El Niño se desarrolle en los próximos meses. Por lo general, El Niño aumenta las temperaturas globales en el año posterior a su desarrollo; en este caso, sería 2024.
Hay un 98 % de posibilidades de que al menos uno en los próximos cinco años supere el récord de temperatura establecido en 2016, que tuvo una anomalía de 1,1 ºC respecto al periodo preindustrial, cuando hubo un El Niño excepcionalmente fuerte. Esto es extremadamente alarmante.
Por si fuera poco, el océano Atlántico Norte ha alcanzado temperaturas superficiales récord durante más de tres meses, muy atípicas para la época del año.
Generalmente, la temperatura en el Atlántico superficial alcanza su punto máximo a fines de agosto o principios de septiembre, tras haber recibido el calentamiento del sol durante todo el verano.
Pero, este año, el 5 de marzo, la temperatura media alcanzó los 19,9 °C, superando en 0,1 °C el récord anterior establecido en 2020, según datos presentados por investigadores de la Universidad de Maine, que se remontan a 1981.
El 11 de junio, alcanzaron un máximo de 22,7 °C, que supone 0,5 °C por encima del máximo anterior establecido en 2010, según New Scientist.
Según el meteorólogo Philip Klotzbach, "se ha producido un calentamiento anómalo considerable en el Atlántico Norte durante las últimas dos semanas, debido a una temperatura alta subtropical mucho más débil de lo normal y vientos alisios asociados más débiles que soplan a través del Atlántico tropical y subtropical (por ejemplo, menos enfriamiento por evaporación)", explica.
Los vientos que han estado soplando desde África no solo han llevado polvo hasta el Atlántico Norte, también aire anormalmente cálido, caldeando cada vez más la superficie del océano.
Todo ello, el desarrollo de El Niño en el Pacífico y un Atlántico anormalmente caliente para la época del año, han contribuido a disparar la temperatura global de manera extraordinaria.
Además, hay que sumar otro factor: se ha producido un aumento anual de los niveles de CO2 este año que es uno de los más grandes registrados, y representa una acumulación de gases atrapados en el calor "no visto en millones de años", según científicos de la Institución Scripps de Oceanografía y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Los científicos dicen que superar los 1,5 ºC podría desencadenar una cascada de puntos de inflexión, lo que alteraría irreversiblemente el sistema climático global y exacerbaría aún más el calentamiento.
“El colapso de la capa de hielo de Groenlandia, por ejemplo, alteraría las corrientes oceánicas, cambiando la distribución del calor alrededor del planeta, lo que podría provocar mortandades masivas en el Amazonas”, dicen expertos de la Universidad de Yale.