A partir de este martes el mercurio se elevará hasta los 35 grados en la mitad sur del país y el valle del Ebro y de cara a este próximo jueves se podrá llegar a alcanzar hasta 40 grados en la zona del Guadalquivir, ha detallado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Una masa de aire procedente del norte de África, que podría ser la más cálida en situarse sobre la Península en estas fechas desde 1980 llevará los termómetros hasta 15 grados por encima de lo normal, "algo absolutamente extraordinario en abril". También advierten de que las temperaturas nocturnas subirán, y desde el jueves se podrán registrar noches tropicales -de más de 20ºC- en zona del sur de la Península y del área mediterránea.
Temperaturas inéditas para un mes de abril. Rubén del Campo recuerda, que nunca se había dado esta previsión para un mes de abril. La última vez que se dieron estas temperaturas fue a mediados de mayo de 2022. Es decir, vamos con un mes de adelanto. En abril de 2022, el sistema de vigilancia de la mortalidad MoMo, que elabora el Instituto Carlos III, registró 73 muertes atribuibles a las temperaturas, pero al frío, no al calor. Abril ha sido tradicionalmente un mes con temperaturas suaves y cuando se han producido muertes atribuibles a las temperaturas la causa más frecuente ha sido el defecto de las mismas y no el exceso.
Por eso, el Ministerio de Sanidad ha publicado unos consejos para hacer frente a las altas temperaturas que vamos a sufrir a lo largo de la semana en prácticamente todo el país: "Cuida tu salud y la de las personas vulnerables siguiendo estas recomendaciones". Desde beber agua con frecuencia o priorizar estar en lugares frescos hasta otros como usar ropa ligera y que deje transpirar o realizar comidas ligeras para hacer más llevadera esta situación tan atípica para el mes de abril. Son consejos que no solemos escuchar antes de entrar en lo más cálido del verano.
"Y no es para menos", alerta el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Lorenzo Armentereos. "Lo primero que hay que tener en cuenta es la falta de adaptación. No estamos acostumbrados a este calor propio de junio o julio. Los cuerpos se van adaptando bien al frío o al calor, pero ahora en algunas zonas nos levantamos a 5 o 6 grados y a medio día llegamos a 35 grados. Esto es un factor de riesgo", señala el experto. "Nos pilla sin esa fase de adaptación que vamos teniendo poco a poco, y a mas de uno le pillará con un abrigo puesto".
"No vamos a poder evitar los golpes de calor agudos. Alguno va a haber estos días. Pero lo importante es que, igual que el año pasado hablamos de ese incremento de muertes de causa desconocida, pero que ya advertimos que estaban relacionados con el calor, puede pasar lo mismo". El año pasado en julio más de 700 personas perdieron la vida como consecuencia del calor.
Y no fallecieron por un golpe de calor propiamente dicho. Se trata de las consecuencias a medio, largo plazo del calor que pueda haber estos días. Es el denominado estrés térmico.
"La primera consecuencia de este estrés térmico es la deshidratación, no es una deshidratación por golpe de calor, sino inadaptada. No estamos acostumbrados a beber agua como en verano, pensamos que estamos en otra época del año y hay un riesgo de deshidratación que conlleva un desequilibrio metabólico. Si son pocos días, va a haber una descompensación de las patologías crónicas, insuficienticas cardiacas, renales y a la larga puede tener unas consecuencias graves, como alteración orgánica, descompensación metabólica y fallo multiorgánico que llega a provocar la muerte, como el año pasado con las dos olas de calor de julio", explica Armenteros.
"Es una cosa más sibilina", comenta y añade que hay que tener especial cuidado porque son pacientes que no van a notar de repente un golpe de calor en el que te mareas, te desmayas y te caes. Lo que van a notar, es un sucesivo empeoramiento del que no se encuentra una causa orgánica clara. "Se quejan de que no están bien, y es la deshidratación, que afecta mucho al equilibrio de sales, sodio y potasio, que son básicas para la función cardiaca y la conexión neuronal. Así se van a poder detectar alteraciones en el ritmo cardiaco que pueden ser graves, y alteraciones en el estado cognitivo, el problema es que van a ser larvadas por una sensación de malestar, y cuando te quieres dar cuenta, puede ser grave", asevera el portavoz de la SEMG.
Como siempre hay que tener más cuidado con los niños, los mayores y los pacientes de riesgo. "Los niños, porque no tienen el sistema termorregulador como el nuestro, sudan menos y no se dan cuenta de la pérdida de líquidos. Con los mayores pasa algo parecido, lo tienen alterado. Las personas con patologías previas como los diabéticos, hipertensos, con problemas renales, también deben tener mucha precaución", comenta Armenteros.
E insiste e incide en la frase: beber mucho agua, de litro y medio a dos litros de agua al día esta semana. "Que no suene a frase hecha. Además, es importante evitar salir las horas centrales del día de 12:00 a 18:00 horas, en la medida en que se pueda y no hacer ejercicio físico con altas temperaturas".
"Por eso, los médicos de familia tenemos una labor muy importante de avisar a las familias, porque la deshidratación es uno de los elementos más descompensadores, dramáticos e incluso devastadores en los pacientes mayores y con patología crónica. Hay que beber agua, no cuando se tenga sed si no, aunque no se tenga sed", sentencia el experto. "Nosotros le damos mucha importancia a esta patología de estrés térmico porque es bastante grave. El agua es el mejor elemento para evitar la deshidratación o que el riñón deje de funcionar".