Toda Europa vivió en 2022 el año más caluroso de su historia, según un nuevo informe publicado por Copernicus. Las olas de calor mataron a más de 20.000 personas en el continente y las sequías marchitaron los cultivos causando pérdidas de millones de euros. Los países de la cuenca del Mediterráneo como España son los peor parados.
Europa vivió el verano más caluroso jamás registrado en 2022 (el verano más caluroso anterior fue en 2021) y varias olas de calor prolongadas e intensas. Y, por si fuera poco, el calor inusual combinado con la falta de lluvia trajo condiciones de sequía especialmente en las partes sur y central del continente, con impactos en la agricultura, el transporte fluvial y la gestión energética. En Francia y España los incendios dejaron una huella devastadora.
La temperatura promedio de 2022 en Europa fue 0,9 ºC superior a la media del periodo de referencia 1991-2020 y la temperatura media del verano en el continente fue 1,4 ºC superior a la media.
En muchos países del Mediterráneo fue de hecho el año más caluroso de jamás registrado.
Los incendios forestales aumentaron en 2022 de manera extraordinaria, como lo hicieron también las emisiones de carbono derivadas de los fuegos en verano, que fueron las más altas en 15 años y en algunos países se registraron incluso las emisiones más altas en 20 años.
El del número de horas de sol batió un récord y también el de pérdida de hielo en los glaciares en los Alpes, que alcanzaron en 2022 su máximo nivel.
Europa está viendo una tendencia al alza en el número de días de verano con estrés por calor 'fuerte' o 'muy fuerte', y en el sur de Europa se observa lo mismo con el 'estrés por calor extremo'. También hay una tendencia decreciente en el número de días sin estrés por calor.
El director del CS3, Carlo Buontempo, avisa de que el informe destaca "cambios alarmantes" en el clima, incluido el verano más caluroso jamás registrado en Europa, marcado por olas de calor marinas sin precedentes en el Mar Mediterráneo y temperaturas récord en Groenlandia.
El CS3 hace hincapié en la sequía generalizada como uno de los eventos más significativos que afectaron a Europa en 2022. Durante el invierno de 2021-2022 hubo menos días de nieve de media, hasta 30 días menos en muchas áreas y las precipitaciones también estuvieron por debajo del promedio en gran parte del continente.
En cuanto a la humedad del suelo, 2022 registró la segunda más baja en los últimos 50 años, y un 63 por ciento de los ríos europeos tuvo caudales inferiores a la media.
Y el 2023 va por el mismo camino. En lo que va de año, los datos confirman por ahora la tendencia hacia veranos más calurosos y más secos en Europa.