La sequía preocupa en España tras un invierno muy seco que, hasta ahora, ha estado seguido de una primavera igualmente seca. Si la situación sigue agravándose, algunas comunidades podrían empezar a tomar medidas en los próximos meses, como cortes de agua o la prohibición de llenar piscinas. Pero además de estos inconvenientes que podríamos enfrentar en verano, la sequía tiene efectos negativos para la salud.
Las sequías son uno de los fenómenos naturales que más muertes causan cada año en el mundo, sobre todo en países subdesarrollados. En el Cuerno de África se está viviendo actualmente una de las sequías más largas y severas registradas jamás, que dura ya seis años y ha dejado a más de ocho millones de personas sin comida suficiente en Somalia, Etiopía y Kenia.
¿Qué efectos negativos tiene la sequía en la salud?
Pero no solo los países subdesarrollados sufren los efectos negativos de la sequía. En todo el mundo, estos episodios de sequías afectan a la salud de las personas con impactos a corto y largo plazo.
Uno de los efectos que más se repite durante los episodios de sequía es el empeoramiento de la calidad del aire, que hace que se agraven los síntomas de enfermedades cardíacas y pulmonares, por ejemplo en los pacientes con asma.
Las sequías se producen en condiciones anticiclónicas, que atrapan los contaminantes sobre la superficie creando la “boina” habitual de nuestras ciudades, y además incrementa el peligro de incendios, que emiten enormes cantidades de materia particulada al aire que después respiramos las personas y pueden irritar las vías respiratorias o ingresar en el torrente sanguíneo.
La sequía también se ha vinculado con un mayor riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, o relacionadas con mala calidad del agua, incluyendo afecciones gastrointestinales y cuadros de diarrea, informa la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en una publicación. La sequía “puede incrementar la concentración de contaminantes químicos y metales pesados en el agua y causar condiciones de estancamiento, que junto con incrementos en la temperatura favorecen la proliferación de microorganismos”.
La salud mental también se ve comprometida por la sequía, puesto que esta causa pérdidas económicas y laborales. Además, algunos estudios han demostrado que se vincula con un mayor riesgo de estrés, ansiedad y depresión.
Con la sequía, afloran enfermedades dermatológicas como la dermatitis atópica, sobre todo en la población infantil. Esta patología impide que la barrera protectora de la piel cumpla su función y da lugar a picores, hinchazón o formación de ampollas.
La falta de lluvias también puede conllevar una reducción en la producción de alimentos, lo cual incrementa la inseguridad alimentaria y la malnutrición, o causa cambios negativos en la dieta.
Medidor de volumen de agua dentro de un canal de riego seco en CataluñaGetty Images
En Europa también sufrimos sequías cada vez más intensas y duraderas. "La mayor parte del sur y oeste de Europa se está viendo afectada en 2023 por anomalías sustanciales en la humedad del suelo y el caudal de los ríos debido a un invierno excepcionalmente seco y cálido", informan desde la Unión Europea.
"Los impactos de la sequía emergente ya son visibles en Francia, España y el norte de Italia y plantean preocupaciones sobre el suministro de agua para uso humano, agricultura y producción de energía", señalan.
En España, el monitor de sequía meteorológica delata una situación preocupante que únicamente deja al margen a algunas zonas del Cantábrico y a las islas Baleares. El conjunto de nuestros embalses se encuentra actualmente al 51 por ciento de su capacidad total, un 15 % por debajo del promedio de los últimos diez años.
SPEI: Índice de Precipitación Evapotranspiración EstandarizadaCSIC
Tras 5 años de sequía, algunas comunidades se encuentran actualmente en estado de excepcionalidad y empiezan a contemplar medidas para hacer frente a la escasez de agua en los próximos meses. En Extremadura, se estima que más de más de 200.000 hectáreas de cultivo de invierno se han marchitado por la sequía en la región, lo que ha supuesto unas pérdidas de alrededor de los 240 millones de euros.