Francia atraviesa una alarmante sequía tras el invierno más seco desde 1959, incluso se están planteando medidas restrictivas en la gestión y distribución del agua. Mientras tanto, una tormenta invernal ha enterrado bajo un metro de nieve partes del sur y centro de Estados Unidos, donde es inusual incluso en esta época del año. La ciudad de Los Ángeles incluso ha activado la primera advertencia de ventisca en 34 años.
El tiempo está siendo muy diferente en este final del invierno en Europa y Norteamérica. Francia lleva mes y medio sin ver llover, lo cual está causando una sequía histórica; mientras tanto, varios estados de EEUU luchan contra la nieve que entierra las calles y edificios, los cortes de luz en cientos de miles de hogares, y los problemas en los desplazamientos, con más de mil vuelos cancelados.
El caos en Arizona o Texas por las fuertes nevadas es extremo. Muchas personas retiran la nieve de sus puertas para poder salir a la calle, con sus casas completamente enterradas bajo el manto blanco. A este temporal lo han acompañado además peligrosos vientos heladores y granizo de gran tamaño, y eso no es nada.
En Kansas, se han producido varios tornados fuera de temporada que han causado decenas de heridos.
Francia ha vivido su invierno más seco en más de 60 años. Esta sequía llega después de mes y medio sin lluvias significativas, arrastrando una situación que ya el año pasado obligó a cerrar el grifo en cientos de aldeas durante el verano.
Cuatro departamentos franceses, Isère, Bouches-du-Rhône, Var y Pyrénées-Orientales, ya están bajo restricciones de agua, por lo que las autoridades están aconsejando no llenar piscinas, regar jardines o lavar vehículos, y en el caso de los agricultores se pide un esfuerzo también para ahorrar agua. Es lo que el presidente Macron ha calificado de “planes de sobriedad del agua”.
En las estaciones de esquí, la falta de nieve ha echado por los suelos la temporada, con telesillas que cuelgan frente a un paisaje inusualmente árido.