Una ola de calor abrasadora y un temporal de fuertes vientos están contribuyendo a mantener vivos los incendios en Chile. Cerca de 300.000 hectáreas han ardido y miles de personas se han quedado sin hogar. La NASA ha fotografiado las inmensas nubes de humo que siguen propagándose por todo el país y por los países vecinos, incluso están recorriendo el Pacífico.
Hasta este lunes, se habían detectado 275 incendios activos que asolan el centro y sur de Chile, que ya han dejado al menos 26 muertos y casi 1.000 heridos.
El gobierno ha emitido declaraciones de emergencia para las regiones sureñas mayoritariamente rurales de Ñuble, Bio-Bío y La Araucanía. Además, se ha decretado el toque de queda en las comunas Arauco y Contulmo en la provincia de Arauco; Mulchén y Nacimiento en la provincia de Bío Bío; Tomé, Florida, Santa Juana y Hualqui en la provincia de Concepción.
Bomberos de diferentes partes del mundo están ayudando en la extinción de las llamas, entre ellos España, pero no está resultando fácil.
El satélite Aqua de la NASA adquirió esta imagen de los incendios. El humo de los incendios se puede ver saliendo desde Santa Juana, al sur de Concepción, hacia el Océano Pacífico.
Se puede ver una vista más detallada de los incendios cerca de Santa Juana en esta imagen en falso color adquirida el mismo día por Operational Land Imager (OLI) en Landsat 8. Las áreas con vegetación no quemadas se muestran en verde y los paisajes quemados recientemente, en marrón. Los fuegos activos se muestran en rojo.
Así lo captaba también el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus de la Comisión Europea.
Las regiones del Biobío y la Araucanía han sido las más afectadas por los incendios en términos de área afectada, donde en conjunto se han quemado más de 200.000 hectáreas. Según la Corporación Nacional Forestal de Chile, la superficie total quemada del país en lo que va del verano —294.000 hectáreas al 7 de febrero— es siete veces mayor que el promedio de cinco años.
El peor incendio registrado (que se remonta a 1985) fue en 2017, cuando ardieron 570.000 hectáreas.
Las temperaturas del aire en las regiones más afectadas de Chile han superado los 40 ºC. Mientras tanto, los vientos cálidos del este que soplan desde Argentina por las laderas de los Andes, también conocidos como “vientos Puelche”, contribuyeron a la rápida propagación de los incendios.
Chile se encuentra en medio de una sequía, que ha bajado los embalses y provocado tensiones por el agua. Según la Organización Meteorológica Mundial, la megasequía de 13 años en el centro de Chile es la más larga en al menos 1.000 años.