Mismo frío, sensación térmica distinta: los hombres generan más calor

  • El confort térmico es subjetivo y depende de muchos factores

  • Puede influir la edad, el género, la forma corporal e incluso el color de la piel

  • La temperatura corporal puede verse afectada por las condiciones ambientales del entorno

Hace frío , ese es un hecho objetivo. El confort térmico que podamos sentir no, eso es subjetivo. Además, en esto del confort hasta los expertos estiman distintos grados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la temperatura ambiente más adecuada para el organismo está entre 18º y 24ºC pero la mayoría de los expertos aumenta un poco los grados y consideran que la temperatura de confort se encuentra entre los 21º y los 26º.

Para medirlo hay que tener en cuenta que la temperatura corporal puede verse afectada por las condiciones ambientales del entorno y también por otros factores que pueden marcar el nivel de satisfacción de cada uno. Es decir, el nivel de satisfacción de las personas depende de muchos factores.

Algunos estudios han encontrado que esta es una variable subjetiva que depende de la edad, el género, la forma corporal e incluso el color de la piel.

El mismo frío, una sensación térmica distinta

Investigadores del hospital universitario de Maastricht llevaron a cabo un estudio cuya conclusión fue que el cuerpo masculino suele generar más calor que el femenino con un mismo nivel de actividad. De acuerdo con sus conclusiones se estima que la temperatura ideal para el hombre se sitúa alrededor de los 22°C mientras que para las mujeres es de unos 25°C. Según demostraron lo que sucede es que el cuerpo masculino genera más calor interno por lo que necesita más frío exterior para alcanzar dicha temperatura. Por eso se dice que hombres y mujeres difieren en su temperatura confort.

  • La edad

Lo mismo ocurre con la edad. Dependiendo de si se tiene más o menos años varía la percepción. Se ha demostrado que la respuesta térmica y la capacidad de adaptación a los cambios de temperatura disminuye gradualmente con la edad, y eso se debe a la afectación de la densidad nerviosa.

La regulación de la temperatura corporal no depende de un solo órgano, casi todos los sistemas del cuerpo se involucran y no solo a los que se dedican a las funciones termorreguladoras, como el sistema cardiovascular o respiratorio. Con el avance de la edad de un modo natural se van deteriorando y disminuyendo sus funciones, lo que repercute en todos los procesos corporales, incluidos los que controlan la temperatura corporal. Tal y como, explica el profesor de la universidad de Tenesse Clark Blatteis: "Los cambios estructurales en la piel y alteraciones metabólica tienen un impacto directo en la capacidad de las personas mayores para mantener la homeostasis térmica, en particular cuando se enfrentan a temperaturas ambientales extremas". Por eso normalmente las personas mayores suelen sentir más frío que los niños, por ejemplo.

  • Volumen corporal

La proporción entre superficie de piel y volumen corporal también marca la percepción. Una persona delgada tiene más superficie de piel libre para disipar calor y por eso que suele tolerar mejor altas temperaturas que una persona obesa. Por el contrario se ha comprobado que la grasa subcutánea es un buen aislante térmico, de ahí que una persona con más grasa aguanta mejor el frío.

  • Pelirrojos

En cuanto al color de pelo o piel, varios estudios ya demostraron que las personas con el pelo rojo, aunque aguantan más el dolor, su piel es más clara y es más sensible a las radiaciones. Pero unos investigadores de la universidad de Louisville (Kentucky) ha comprobado también que los pelirrojos son más sensibles a los cambios de temperatura. Al parecer poseen un gen, el MC1R, que les predispone a sentir más frío.

Otros factores que influyen en la percepción

Además de los factores físicos para medir el confort térmico hay que tener en cuenta otras variables como la humedad, la velocidad del aire, la vestimenta de las personas o la actividad física que desarrollan.

La percepción de calor o frío puede medirse por cómo nos enfrentemos al ambiente térmico. Una persona muy abrigada subiendo escaleras o corriendo en un ambiente frío sentirá sensación de calor mientras que otra persona sentada con la misma ropa, tendrá frío aunque la temperatura sea la misma.

El ambiente seco o húmedo varían así mismo el tipo de percepción del frío o calor.

  • Humedad relativa: La relación entre la cantidad real de vapor de agua que está en el aire y la cantidad máxima que podría llegar a contener. Cuanto mayor es la humedad relativa, más difícil es perder calor a través de la evaporación del sudor. Y al revés.
  • La temperatura seca del aire entendida como la temperatura a la que se encuentra el aire que rodea al individuo influye. Nuestra sensación de confort es mayor con un calor seco que con un calor húmedo.
  • Velocidad del aire: Cuanto más rápido se mueve el aire, mayor es el intercambio de calor con la persona. De ahí que las corrientes de aire generalmente nos hacen sentir más fríos

Temperaturas límite

Independientemente de cómo nos sintamos cada cual con la temperatura que estemos viviendo tenemos un límite que no podemos pasar.

Un cuerpo humano (sano) puede sobrevivir con una temperatura ambiental cercana a 50 grados, siempre que esté bien hidratado, a partir de los 55 se acerca a su umbral máximo de resistencia. A 60°C una persona normal puede sobrevivir solo diez minutos, tras lo cual muere por deshidratación extrema. Eso sí, la clave de nuestra tolerancia al calor es el sudor. Si conseguimos mantener la piel húmeda sin deshidratarnos entonces aguantamos más.

En cuanto al frío a menos 34º una persona sana, que no esté vestida adecuadamente para el frío, podría experimentar hipotermia en tan solo 10 minutos. A menos 40 la hipotermia puede aparecer en solo 5 a 7 minutos. El frío provoca que el organismo reduzca su flujo sanguíneo, cuando es intenso los órganos pueden no funcionar de forma óptima y podemos morir.