La Niña es un fenómeno oceánico caracterizado por la presencia de temperaturas más frías de lo normal en la superficie del mar en el Pacífico tropical central y oriental. Este año, La Niña se produce por tercer invierno consecutivo y, según las previsiones, durará hasta primavera.
El enfriamiento del océano que se produce durante los episodios de La Niña se extiende a lo largo de miles de kilómetros y tiene una influencia en la atmósfera, por lo que sus efectos se notan en el clima en gran parte del planeta.
La Niña actual, relativamente débil pero inusualmente prolongada, comenzó en 2020 y ha regresado por tercer invierno consecutivo en el hemisferio norte, lo que lo convierte en un raro evento de “triple episodio”, explica la NASA.
No es la primera vez que experimentamos un “triple episodio de La Niña” desde que comenzaron los registros en 1950. Las anteriores abarcaron los años 1998-2001, 1973-1976 y 1954-1956.
El mapa de arriba muestra anomalías en la temperatura de la superficie del mar el 29 de noviembre de 2022. La firma de La Niña es visible en el Océano Pacífico central y oriental como áreas de agua más fría que el promedio. Desde la costa sudamericana, las aguas superficiales se muestran aproximadamente 1 °C más frías de lo normal.
Las anomalías de la temperatura del agua que oscilan entre -0,5 °C y -0,9 °C se clasifican como La Niña "débil"; -1 °C a -1,5 °C son "moderadas", y -1,5 °C y superiores son "fuertes".
Los eventos de “triple La Niña” registran su máximo alrededor de diciembre, cuando el agua alcanza su punto más frío.
Al igual que El Niño, los eventos de La Niña afectan el clima en todo el mundo.
“Cuando habla el Pacífico, todo el mundo escucha”, dice Josh Willis, científico del clima y oceanógrafo del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.
“Sus impactos más evidentes se dan a ambos lados del Océano Pacífico. Las inundaciones en el norte de Australia, Indonesia y el sureste de Asia son comunes en los años de La Niña, al igual que la sequía en el suroeste de Estados Unidos”, señala.
Como parte del ciclo El Niño-Oscilación del Sur, La Niña aparece cuando los vientos alisios del este intensifican el afloramiento de agua más fría desde las profundidades del Pacífico tropical oriental, lo que provoca un enfriamiento a gran escala de la superficie del océano Pacífico oriental y central cerca del ecuador.
Estos vientos alisios más fuertes de lo habitual también empujan las cálidas aguas superficiales ecuatoriales hacia el oeste, hacia Asia y Australia.
El enfriamiento de las capas superficiales del océano durante La Niña afecta la atmósfera al modificar el contenido de humedad en el Pacífico. Altera la circulación atmosférica mundial y puede provocar cambios en la trayectoria de las corrientes en chorro de latitudes medias de manera que se intensifiquen las lluvias en algunas regiones y se produzca sequía en otras.
La Niña tiende a cambiar en sincronía con las estaciones. Tanto El Niño como La Niña tienden a ser más fuertes en diciembre. “Luego, en la primavera, el Pacífico tropical se restablece y comienza a construir hacia lo que sea que suceda en el invierno siguiente”, explica Willis.
“La mejor apuesta en este momento es que esta La Niña durará todo el invierno. Luego, la próxima primavera, volveremos a esperar y ver el modo de lo que sucede en el invierno de 2023-2024”.
Según los meteorólogos de la NOAA, existe un 76 % de posibilidades de que La Niña persista durante el invierno de 2022-2023 (diciembre a febrero) y un 57 % de posibilidades de que el Pacífico pase a condiciones neutrales en la primavera (febrero-abril).