Un patrón de La Niña por tercer año consecutivo va a condicionar el tiempo en muchas partes del mundo este invierno. ¿Cuándo acabará y qué efecto puede tener en Europa?
'La Niña' es la fase negativa del fenómeno ENSO (siglas de El Niño-Oscilación del Sur). Este patrón se caracteriza por temperaturas oceánicas inusualmente frías en el Pacífico Ecuatorial, en comparación con El Niño, que se caracteriza por temperaturas más cálidas de lo normal en la misma región del océano.
“Existe un 76% de probabilidad de La Niña durante el invierno del hemisferio norte (diciembre-febrero) 2022-23, favoreciendo una transición a ENSO-neutral en febrero-abril 2023 (57% de probabilidad)”, informa la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) en su última actualización del pronóstico.
Desde el mes de julio de 2022, las anomalías negativas de temperaturas han sido persistentes en el Océano Pacífico oriental. Sin embargo, en la última semana, el debilitamiento de los vientos alisios sugiere que la temperatura superficial del mar está cerca de su mínimo, y por tanto la tendencia empezará a revertirse dentro de muy poco, iniciando una transición a fase ENSO-neutral entre febrero y abril de 2023.
Hasta entonces, existe ese 76 % de probabilidad de que persista un patrón de La Niña durante el invierno 2022-23 (diciembre-febrero) que tendrá algunos impactos en el clima de invierno en algunas regiones del mundo.
Tanto El Niño como La Niña tienen un impacto en los patrones climáticos globales, principalmente en Norteamérica, en Australia, el sureste de Asia y en partes de África.
En los trópicos, La Niña produce variaciones climáticas más o menos opuestas a las de El Niño. Por ejemplo, partes de Australia e Indonesia son propensas a la sequía durante El Niño, pero normalmente son más húmedas de lo normal durante La Niña.
Australia empieza a temer por las inundaciones que podrían producirse en los próximos meses, que llegarían después del año más húmedo de su historia en algunas regiones, entre otras la ciudad de Sídney, donde se han acumulado más de 2.000 litros por metro cuadrado en lo que va de año. El pasado mes de febrero el país sufría sus peores inundaciones en décadas, y en julio de nuevo Nueva Gales del Sur se veía obligada a realizar evacuaciones masivas.
En Estados Unidos, los pronósticos toman en cuenta La Niña y prevén que la sequía que afecta a casi un 60 % del país continúe en gran parte del oeste, la Gran Cuenca y las Grandes Llanuras del centro al sur, así como partes del valle del Mississippi.
Aunque donde más se teme por una posible agudización de la sequía es en el Cuerno de África, donde millones de personas se están viendo afectadas por la escasez de agua y el hambre. De acuerdo con la Red de Monitoreo de la Protección y el Retorno dirigida por ACNUR, en Somalia, el número de personas desplazadas internas principalmente por la sequía solo este año se acerca al millón, con otras casi 500.000 personas desplazadas debido a violencia e inseguridad.
Se trata de la peor sequía de los últimos 40 años, con Etiopía, Kenia y Somalia como principales afectados.
En Europa, los efectos de La Niña no están claros, aunque tendría un impacto menos destacado que en estas partes del mundo durante el invierno.