Es improbable que lo hayas visto fuera de España, pero aquí es frecuente ir a un bar en verano que te pongan la copa congelada. Una cerveza lo más fría posible es justo lo que muchas personas buscan con estos 40 grados, pero ¿por qué no es aconsejable esta práctica?
Las copas “escarchadas” son la solución más evidente para que la cerveza se mantenga fresquita en verano, sobre todo cuando nos la tomamos en la terraza a 40 grados. El primer trago es un gusto difícilmente igualable, pero si eres un fanático de la cerveza deberías saber que el hielo en la copa le resta calidad.
Por qué no es aconsejable congelar las copas de cerveza en veranoGetty Images
Motivos para no congelar la copa de cerveza
Para empezar, olvídate de la espuma. A todo buen cervecero le gusta un poco de espuma bien echada en lo más alto de la copa, pero si la copa está congelada es complicado que pueda formarse. Los cristalitos de hielo en los bordes de la copa impedirán que se forma espuma, o que dure menos.
El hielo de la copa hará que la cerveza se agüe a medida que se vaya derritiendo.
El sabor perderá bastante, puesto que en el congelador no solo están las copas, también alimentos que pueden “pegarse” al cristal. Esto tiene solución si congelamos copas en casa: deja un cajón del congelador solo para estos recipientes.
Los expertos en cerveza aseguran además que hay ciertas cervezas que pierden parte de su buen sabor por el frío y el hielo. En general esto solo lo notaremos si nos vamos a tomar una cerveza realmente buena y entendemos bastante, y se nota más el deterioro cuantos más grados de alcohol tiene la cerveza.
Lo mejor antes de tomar una cerveza es darle un repasito con agua a la copa antes de servirla, de manera que refresquemos el cristal y eliminemos cualquier sabor que pueda haber cogido la copa estando guardada.