Las olas de calor extremas, como la que acabamos de vivir en España y afecta ahora al Reino Unido y otras partes de Europa, han llegado para quedarse. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha relacionado estos fenómenos, antes impensables, con el cambio climático, y alerta de que serán la nueva normalidad del verano.
Las temperaturas oscilaron entre 36 y 40 °C en Francia este martes, según los datos de Météo France, y la ola de calor no ha hecho más que empezar: “Continuará al menos hasta mediados de la próxima semana en gran parte de Europa Occidental”, ha dicho en un comunicado Bob Stefanski, experto de la OMM. “Esto es alarmante”.
“En el futuro, este tipo de olas de calor van a ser normales. Veremos extremos más fuertes. Hemos bombeado tanto dióxido de carbono a la atmósfera que la tendencia negativa continuará durante décadas. No hemos reducido nuestras emisiones a nivel mundial”, ha lamentado Petteri Taalas, secretario general de la OMM. “Espero que esto sea una llamada de atención para los gobiernos”.
Según el IPCC, las temperaturas subirán más rápidamente en Europa que en otras partes del mundo. En el Mediterráneo, se espera una combinación preocupante de cambios en los factores climáticos (temperaturas extremas, aumento de las sequías y la aridez, disminución de las precipitaciones, más incendios forestales, niveles extremos del mar, menos cubierta de nieve y disminución de la velocidad del viento) a mediados de siglo si el calentamiento global supera los 2 °C.
El Informe especial del IPCC sobre extremos también muestra que las olas de calor serán más frecuentes, más largas y más intensas en el siglo XXI. Se necesitarán sistemas de alerta temprana y sistemas de salud reforzados.
“La atmósfera estable y estancada atrapa los contaminantes atmosféricos, incluidas las partículas, lo que resulta en una degradación de la calidad del aire. Los rayos del sol conducen a la formación de ozono. Ambos impactan la salud, particularmente entre las personas vulnerables, y también impactan la vida vegetal”, explica Stefanski.
Las olas de calor ponen en riesgo la salud. “Cuando una ola de calor va acompañada de altos niveles de contaminación, exacerba las enfermedades y afecciones respiratorias y cardiovasculares, especialmente en los grandes espacios urbanos que no están adaptados para hacer frente a estas altas temperaturas”, asegura Maria Neira, directora de Medio Ambiente y Salud de la OMS.
“Llevamos mucho tiempo alertando de que el cambio climático está afectando gravemente a la salud humana y, por lo tanto, será extremadamente importante tomar medidas para alcanzar el carbono cero y acelerar la transición hacia fuentes de energía limpias y renovables”.