La primera ola de calor del 2022 parece inminente. Las temperaturas han empezado a escalar grados este jueves y van a seguir haciéndolo hasta tocar techo el fin de semana con hasta 43 ºC en zonas del sur de España, y unos 39 ºC en ciudades del interior como Madrid o Zaragoza. ¿Estás preparado? Estas son las cosas que nunca debes hacer durante un episodio tórrido como el que se avecina.
El calor no parece un riesgo de primeras. Solemos aprovechar incluso para hacer más planes al aire libre los días en lo que hace bueno y las temperaturas “acompañan”, pero ¿lo hacen realmente? La radiación y el ambiente sofocante tienen un impacto en nuestra salud física y mental que es bueno combatir antes de que vaya demasiado lejos.
Salir a la calle en plena ola de calor, especialmente de 12 a 17 horas, cuando el sol aprieta. Si te expones durante estas horas, hazlo con ropa ligera en colores claros, que transpire, y protégete la cabeza con gorra o sombrero, usa gafas de sol y échate crema solar. Además, procura ir siempre por la sombra.
Hacer ejercicio en las horas en que las temperaturas son más altas puede hacer que sufras un golpe de calor.
El calor también afecta a los animales. Si el suelo de la calle está demasiado caliente para caminar descalzo, probablemente lo esté asimismo para que lo pise tu perro, por lo que es preferible sacarlo a primera hora y al final de la tarde o por la noche. Si no te queda más remedio que sacarle cuando hace mucho calor, busca zonas de sombra donde no lo pase mal.
El agua es tu mejor amigo en una ola de calor. Lleva siempre contigo una botella y recurre a los zumos y batidos de frutas refrescantes.
No esperes a tener sed para beber. Es preferible beber frecuentemente, aunque sea un poco. Beber menos veces y mucho de golpe hará que el riñón deseche parte del agua y te hidratarás menos.
El alcohol y bebidas calientes no le hacen ningún bien a tu cuerpo con altas temperaturas, y te lo pondrán complicado para dormir en las noches tropicales (en las que la temperatura no baja de 20 ºC). Siempre es mejor el agua, un zumo o un refresco.
La digestión es un esfuerzo para el cuerpo. Con mucho calor, para reducir ese esfuerzo, es mejor comer a menudo y elegir platos ligeros como ensaladas, fruta o sopas frías, que ayudan a reponer las sales perdidas por el sudor, en vez de comidas calientes y pesadas que hacen que se eleve la temperatura corporal. De esta manera le daremos al organismo justo lo que necesita.
Ventilar la casa con este calor es sinónimo de abrir la puerta del horno. En las horas centrales del día, cierra las ventanas, no subas del todo las persianas, no abras las cortinas y, si tienes, baja el toldo. De esta manera evitarás que dé solazo en el interior de tu casa y se caliente a temperaturas infernales. Ventila por la noche, a la hora de ir a dormir, y si quieres humedecer el ambiente pon un cuenco con agua al lado de la ventana.
El peor outfit que puedes elegir en un día de mucho calor son las prendas apretadas. Evita los vaqueros pitillo, los leggings y tejidos como el polipiel y el poliéster. Mejor usa algodón, lino o seda, y elige ropa holgada, que deje pasar el aire. De lo contrario conseguirás que la humedad quede pegada a tu cuerpo y te haga sudar más.
Ni en invierno hay que ducharse con agua a 40 ºC, ni el verano con agua que parezca un cubito de hielo. El “shock” del cambio de temperatura al salir de la ducha no le sienta nada bien a tu cuerpo, de hecho, puede hacer que los vasos sanguíneos de la piel se constriñan, es decir, harás que la circulación de la sangre sea más lenta. Esto produce calor interno y sudoración, e incluso puede causar un corte de digestión.
Lo más aconsejable es el agua tibia. Empieza con agua caliente y ve bajando progresivamente la temperatura, para reducir el impacto, y evitar ese “shock” en tu piel al salir.
En las estancias de la casa donde pega el sol directamente y se calientan más, la temperatura en el aire acondicionado deberá ser de entre 20 y 22 ºC, mientras que por la noche o en estancias más fresquitas y “resguardadas” lo suyo es ponerla entre 23 y 26 ºC, para evitar catarros.
El coche puede ser sinónimo de horno en verano. En solo unos minutos al sol, el interior puede calentarse a unos insoportables 60 ºC. Nunca dejes a tu perro ni a ninguna persona dentro cuando estaciones, especialmente a niños y ancianos.
Si sientes como si tuvieras fiebre, sudas en exceso, se te seca mucho la piel, te cuesta respirar, te notas aturdido, se te acelera el pulso, te dan náuseas o te da dolor de cabeza tras exponerte un buen rato al sol, puedes estar teniendo un golpe de calor. No lo dejes estar y ve al médico antes de la cosa se ponga fea.