La temporada de huracanes en el Atlántico está a punto de comenzar. Si las previsiones se cumplen, tendremos por séptimo año consecutivo una actividad ciclónica más frenética de lo habitual, con hasta 21 tormentas tropicales y 10 huracanes, de los cuales más de la mitad podrían ser de categoría 3 o superior.
Los meteorólogos del Centro de Predicción Climática de la NOAA predicen una temporada de huracanes más activa de lo habitual en el Atlántico en 2022. El periodo de ciclones tropicales, que se produce del 1 de junio al 30 de noviembre, tiene un 65 % de probabilidad de ser más intensa de lo normal este año.
Los nombres de las tormentas tropicales ya han sido publicados, por orden alfabético y alternando calificativos masculinos y femeninos.
La NOAA achaca a varios factores la formación de huracanes prevista. En primer lugar, al fenómeno de La Niña (enfriamiento del Océano Pacífico ecuatorial), que persistirá durante la temporada de ciclones tropicales. Las condiciones frías de La Niña suelen vincularse a más huracanes en el Caribe.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta las altas temperaturas que se están registrando en el Océano Atlántico y el Mar Caribe, y los vientos alisios tropicales debilitados que soplan a través del Atlántico.
Por otro lado, además, el monzón de África occidental está siendo intenso y eso favorece las “olas del este” más fuertes, que favorecen la formación de huracanes persistentes, que logran cruzar el charco hasta desembarcar en el Caribe.
La manera en que el cambio climático afecta a la intensidad y frecuencia de los ciclones tropicales todavía está siendo estudiada, aunque se sabe que ha agravado la temporada de huracanes en los últimos años, con las últimas siete temporadas siendo las más frenéticas registradas.
La preparación temprana y la correcta evaluación de los riesgos de los ciclones tropicales permiten proporcionar mejores pronósticos y advertencias para la población, lo que permite salvar vidas cada año.