La educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente en el sistema educativo español. Teniendo en cuenta que nos encontramos en una sociedad consumista es fundamental que los niños, desde pequeños, estén familiarizados con el valor del dinero y que puedan adquirir hábitos financieros saludables que puedan seguir manteniendo a lo largo de su vida. No es simplemente aprender a gestionar de manera correcta el dinero, sino que aprendan a desarrollar su capacidad de ahorro. Algo esencial para su futuro.

La asignación de una paga a los niños es algo común en muchas familias. Esto es concebido como una herramienta educativa para que los más jóvenes puedan comenzar a construir hábitos financieros responsables. No obstante, saber cuál es el momento adecuado para comenzar a darles una paga, la cantidad de dinero ideal y cómo hacerlo genera dudas entre los padres.

Según indica un informe de Funcas (centro de análisis dedicado a la investigación económica y social y a su divulgación), la paga es uno de los instrumentos con más valor en la educación financiera de los menores, pero, aunque cada vez son más, solo el 14% de las familias las dan a niños de Primaria. Según van creciendo va a aumentando el número de familias que las integran, siendo un 29% en Secundaria y un 48% en los jóvenes que cursan Bachillerato.

Esta es la primera duda que se suelen plantear los padres cuando los hijos comienzan a pedir compras o caprichos. Muchos expertos, en este caso, suelen recomendar que, aunque se cubran los gastos a demanda, siempre es fundamental que tengan una paga con unas reglas establecidas de antemano. Esto les ayuda a administrar su dinero y a tomar conciencia de la importancia del trabajo.

La paga permite a los niños entender el valor del dinero, aprender a administrarlo y poder establecer metas de ahorro. Según expertos, recibir una cantidad fija de dinero de forma periódica les ayuda a desarrollar habilidades financieras responsables desde una edad temprana. Dándoles la paga, también aprenden a identificar los llamados “gastos hormiga”, los pequeños gastos diarios que parecen sin importancia pero que suman. Comenzando desde una temprana edad a identificar estos gastos, se pueden controlar haciendo que en el futuro se puedan prever problemas financieros.

Por otro lado, gestionar su propio dinero les da a los niños una sensación de independencia y responsabilidad que hace que pueda prepararlos para tomar futuras decisiones financieras.

Al tener control sobre su paga, los pequeños también aprenden a priorizar gastos, diferenciar entre necesidades y deseos, y aprenden a cómo enfrentar las consecuencias de sus elecciones financieras.

Puede darse el peligro de que si los menores se habitúan a recibir una paga fija, puedan pensar que es algo que se tiene garantizado, por lo que vayan perdiendo el interés y la motivación por esforzarse para conseguir lo que desean y lo den por hecho. Es esencial explicarles que la paga no es un derecho, sino una herramienta con la que pueden aprender a gestionar aquello que quieran y sus responsabilidades.

También es esencial que entiendan que no todas las familias pueden permitirse dar una paga a los hijos, hay muchas que tienen limitaciones económicas dentro del hogar y no pueden hacerlo. Comentar cuál es la realidad económica de cada hogar es esencial para que puedan entender cuál es el valor del dinero y que entiendan que no todas las familias están en la misma situación.

Además, al darles un dinero que ellos gestionan como propio, puede darse el caso de que los padres no estén contentos con su gestión y estén preocupados por cómo administra su dinero. Si se da este caso, es crucial desempeñar un papel activo en su educación financiera. El papel de los padres en estas situaciones es la de guiar a los hijos y apoyarles en sus primeras decisiones relacionadas con el dinero, explicándoles cómo se debe hacer y resolviendo las dudas que tengan para que puedan entender mejor cómo se debe gestionar.

Los expertos y especialistas sugieren que un buen momento para empezar a dar la paga a los hijos es cuando ya controlan las operaciones básicas de sumar y restar. Esto suele pasar, por lo general, en segundo o tercero de Primaria.

En cuanto a la cantidad adecuada, no hay una fórmula universal para poder saber cuál es la paga ideal. Según Funcas, la paga semanal promedio de los jóvenes en la ESO ronda los 14,5 euros. Lo más normal es comenzar con 3 euros semanales hasta que cumplan los 10 años. Entre los 4 y 8 euros semanales hasta que tengan 14 años, alrededor de los 10 euros entre los 14 y 16 años, y entre 15 y 20 euros hasta los 18 años.

A partir de los 18 años, muchos jóvenes comienzan a estudiar fuera de casa o a trabajar. Esto va a influir en la cantidad de paga que se les dé, dependiendo de sus necesidades o de si ya genera ingresos propios o sigue dependiendo económicamente de sus padres.

La frecuencia con la que se da la paga también influye en el aprendizaje financiero, ya que una paga más frecuente como la semanal facilita la gestión inicial del dinero, aunque pueda limitar habilidades financieras más complejas. No obstante, una paga menos frecuente, como la quincenal o mensual, va a hacer que se fomente una mejor planificación y administración aunque suponga un mayor reto para su gestión por parte de los jóvenes.